ntes de abordar en forma mi distante perorata musical de hoy, debo plantearme una pregunta retórica. En estos tiempos atroces (annus horribilis 2020, annus horribilis 2021, más lo que se acumule) de contagio, confinamiento, muerte, luto y pérdidas incalculables de todo tipo, ¿es lícito pensar, sentir y decir que una de las cosas que más extraño es viajar, o en estas circunstancias no pasa de ser un capricho frívolo y egoísta que se empequeñece ante tantas otras prioridades urgentes? Mientras encuentro una respuesta medianamente coherente (suponiendo que sea posible), comparto en estas páginas algo que puede paliar parcialmente nuestra vapuleada wanderlust, esa ansia irreprimible de salir, transitar, recorrer, visitar, conocer, reconocer y asimilar que habita en muchos de nosotros.
Se trata de uno más de los ejemplares disco-libros concebidos y realizados por ese músico incomparable que es el catalán Jordi Savall, y que alude de manera directa y contundente a esa lujuria del viaje
a través de la exploración de una fascinante figura histórica, y de una no menos fascinante selección musical. Ibn Battuta: el viajero del Islam. 1304-1377 es el título de este álbum que contiene dos discos compactos y, como es costumbre, un rico libro multilingüe en el que se cuentan la vida y los viajes del incansable y peripatético explorador y raconteur originario de Tánger, protagonista de uno de los periplos más fantásticos de la historia, más amplio, más variado y más incluyente que los viajes realizados por su alma gemela, el veneciano Marco Polo. La parte literaria de este disco-libro y los textos recitados junto con la música tienen como referencia primera la rihla de Ibn Battuta; es decir, la narración detallada de sus viajes tal y como le fue dictada al estudioso escribano granadino Ibn Yuzay. En los textos impresos, firmados por Jordi Savall, Margarida Castells, Manuel Forcano, Tahar Ben Jelloun y Georges Corm se trazan interesantes vasos comunicantes entre las diversas componentes geográficas, sociales, culturales, religiosas, artísticas y políticas de los viajes del inquieto jurisconsulto marroquí.
Como es ya tradicional, toda esta información es complementada con una selección impecable de músicas de aquella época, asociadas directamente con las escalas del viaje de Ibn Battuta. Sí, hay un poco de música europea, pero la selección contempla sobre todo una importante presencia de piezas de diversas latitudes del mundo árabe, así como músicas del cercano y el lejano Oriente, India, varias regiones de la geografía africana, etcétera. Y si bien se escuchan aquí algunos instrumentos de la tradición sonora europea, abundan notablemente aquellos que provienen de las culturas no-occidentales. De nuevo, resulta delicioso escuchar la viola da gamba de Jordi Savall, en este caso puesta al servicio de los notables instrumentistas que con él colaboran tocando santur, kanun, oud, ney, kaval, sarod, duduk, pipa, zheng, valiha, kemancha. Solos o en combinaciones diversas, con o sin voces, los fantásticos colores de estos y otros instrumentos proporcionan el contexto ideal para imaginar y recrear los viajes que Ibn Battuta realizó a lo largo de tres intensas décadas. De hecho, la audición-lectura de este evocador proyecto de Savall fomenta de inmediato el deseo de leer la rihla de Ibn Battuta, publicada originalmente en 1356 bajo un poético título en árabe cuya traducción al castellano es Regalo de curiosos sobre peregrinas cosas de ciudades y viajes maravillosos. Este disco-libro ofrece, como los demás proyectos análogos del gran músico catalán, el sólido enfoque multicultural, ecléctico y ecuménico que es el sello inconfundible de una parte sustancial de su trabajo; en este caso, por razones evidentes, hay una atención particular a los asuntos que tienen que ver con el Islam medieval. De hecho, Ibn Battuta inició sus viajes en 1325 con la intención ostensible de realizar el indispensable hajj (peregrinación) a La Meca y fue a dar, literalmente, al fin del mundo.
No es exagerado decir que el disco-libro dedicado por Jordi Savall y sus colaboradores a la figura, el trayecto y las narraciones de Ibn Battuta contiene, simultáneamente, una irresistible invitación al viaje, el pasaporte, las visas, el equipaje, y el viaje mismo. ¡A viajar, pues!