El boxeo femenil mexicano tiene que evolucionar para entrar al mercado estadunidense, sostuvo Ibeth Zamora, campeona mosca del CMB, tras observar cómo, el sábado, Anabel Ortiz, monarca en peso paja, perdía su título ante la superioridad de Seneisa Estrada, apuesta de la empresa Golden Boy.

El boxeo femenil no había despegado en Estados Unidos, pero hoy vive momentos de efervescencia con peleadoras destacadas como Estrada, Marlen Esparza y Claressa Shields, todas con pasado olímpico. Eso les hace compartir un estilo muy veloz, atlético y vistoso.

“Respeto mucho a Anabel, pero hay que admitir que fue superada de manera abrumadora; no supo cómo contener la velocidad de Seneisa.”

Ibeth reconoce que el pasado olímpico de las estadunidenses que destacan les proporciona una aparente ventaja, pues su rapidez representa una dificultad para el pugilismo más convencional.

Antes de la pandemia, cuando se buscaba integrar el equipo de boxeo mexicano para Tokio 2020, hubo un torneo donde se enfrentaron profesionales contra amateurs.

Ahí se vio que la velocidad de las olímpicas derrotó a boxeadoras que incluso habían sido campeonas.

La propia Zamora se prepara para entrar al mercado estadunidense. No sólo como una ambición deportiva, sino porque en aquel país las condiciones salariales son más lucrativas que en México. Por eso, desde algún tiempo trabaja para mejorar ese estilo combativo y frontal que la han mantenido como una de las campeonas más estables.

Mi entrenador, Carlos Duarte, es cubano, comenta Zamora; tiene mucha experiencia en el boxeo olímpico, estamos trabajando para tener un boxeo más atlético y rápido, con contragolpe, veloz, pero sin perder mis cualidades.