La conservación y el adecuado manejo de los recursos naturales están entre los mayores retos que enfrenta la humanidad, debido a que los recursos no renovables como el petróleo y los renovables como la pesca se están agotando a tal punto que la sustentabilidad de ambos está en riesgo.
El sector pesquero, que es uno de los de mayor tradición en el mundo, enfrenta problemas y retos que son de alcance planetario, por lo cual se ha considerado como uno de los primeros laboratorios de la gobernabilidad global, lo que conlleva el desafío -y la necesidad- de incentivar mayor participación social y cambios en las estructuras de poder jerárquicas, que cada vez son más obsoletas ante los objetivos actuales de la gobernanza.
Los recursos pesqueros son un sistema socioecológico complejo, por lo que su manejo basado solo en aspectos biológicos es insuficiente para lograr un manejo sostenible a largo plazo. Contrario al acceso abierto, que lleva a la sobreexplotación y disipación de los beneficios económicos que genera la pesca, se encuentra la asignación de derechos de propiedad, una medida que solo ha atenuado en parte los problemas de sobreexplotación y colapsos pesqueros.
En los sistemas socioecológicos pesqueros se relacionan cuatro subsistemas básicos: el ecosistema del recurso (la zona costera o los mares), las unidades de recurso (pulpos, meros, camarones), los sistemas de gobernanza (organizaciones, reglas, leyes y decretos que rigen la pesca) y los usuarios (pescadores), todos se afectan entre sí y están fuertemente vinculados con aspectos sociales, económicos, políticos y con otros ecosistemas con los que interactúan, como la industria petrolera y el desarrollo del turismo.
En este escenario, la gobernanza juega un rol determinante en el manejo de los recursos pesqueros para alcanzar la sustentabilidad. Mediante ella se busca asegurar el bienestar humano y la equidad social, el buen funcionamiento y equilibrio de los ecosistemas y de los recursos que se extraen de ellos. Esto es importante en las pesquerías artesanales del Golfo de México, donde los modelos tradicionales requieren mejoras en sus enfoques de manejo para garantizar la sustentabilidad y por ello urge la participación activa de los usuarios en la toma de decisiones.
Un modelo de gobernanza como el co-manejo ha demostrado ser altamente efectivo para alcanzar la sustentabilidad en pesquerías artesanales, tal es el caso de la pesquería de langosta espinosa en Punta Allen, en el caribe mexicano. En dicho modelo, la responsabilidad compartida entre el gobierno y los pescadores permite negociar, definir y garantizar un reparto de la gestión, funciones, derechos y responsabilidades.
Los Comités Consultivos de Manejo Pesquero para las pesquerías de pulpo, mero y camarón, en los estados de Tamaulipas, Campeche y Yucatán, representan el primer paso de la migración, en el Golfo de México, de un sistema de gobierno jerárquico hacia el co-manejo, un modelo de gobernanza horizontal.
Los Comités han sido impulsados por el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA) con el objetivo principal de inducir el cumplimiento de las líneas de acción que se encuentran en los Planes de Manejo Pesquero, los cuales son ejercicios de administración bajo el modelo de co-participación en ámbitos geográficos definidos y que abarcan aspectos biológicos, ecológicos, pesqueros, ambientales, económicos, culturales y sociales de las pesquerías.
En los Comités se ha enfatizado la necesidad de mejorar la inspección y vigilancia, trabajar en el ordenamiento pesquero y promover la factibilidad de establecer zonas de refugio pesquero, esta última involucra tanto el manejo como la conservación. Temas como la prohibición de ciertas artes de pesca, el incremento de tallas mínimas de captura, cuotas individuales y el acceso a nuevos recursos pesqueros, aún se encuentran bajo discusión dentro de los Comités y los intereses políticos, sociales y económicos representan los mayores desafíos de su operación.
Los comités deben contar con el mejor sustento para las propuestas que presenten, por lo que en su conformación y operación resulta indispensable la asesoría de organismos de gobierno, de la academia e incluso organizaciones de la sociedad civil, con programas de investigación asociados, como ya ocurre con los grupos científicos asesores de los comités de Camarón Rosado en Campeche y de Mero en Yucatán.
El mayor reto en las pesquerías del Golfo de México es implementar sistemas de gobernanza como el co-manejo, que permitan la participación de los usuarios de los ecosistemas pesqueros y de otros ecosistemas relacionados, especialmente en sitios donde se realizan actividades como el turismo, petróleo, agricultura, acuacultura, conservación y transporte. Solo así será posible mejorar la calidad de la gobernanza y cuidar la capacidad biológica de los ecosistemas para satisfacer las necesidades humanas presentes y futuras. •