s mi jefe. Mi maestro, Genaro (García Luna) es un genio. Cambió todo el sistema de la policía en México. Algún día se le hará justicia. Eso decía Luis Cárdenas Palomino a Jorge Volpi según refiere en Una novela criminal, espléndido recuento de la detención y juicio de la francesa Florence Cassez y el mexicano Israel Vallarta, acusados de liderar la banda de secuestradores Los Zodiacos.

El arresto de ambos lo transmitió en vivo y como primicia Carlos Loret de Mola el 9 de diciembre de 2005 en el noticiero que dirigía en Televisa. Denise Maerker reveló luego, en el programa que conduce en dicha empresa, que fue un montaje elaborado por García Luna y Cárdenas Palomino, con la anuencia de Loret de Mola. Otros integrantes de la banda fueron después detenidos y, bajo tortura, confesaron ser parte de ella.

García Luna era el poderoso secretario de Seguridad Pública. Cárdenas Palomino, director de Seguridad de la Policía Federal. A los dos colmó de elogios el ex presidente Felipe Calderón.

Por estos días, pero de 2013, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) reconoció que el video en el que se presentó la detención de Florence e Israel fue un montaje en el que participaron elementos de seguridad pública. Igualmente, documentó la tortura que padecieron los supuestos miembros de la banda y las irregularidades en que incurrieron integrantes del Ministerio Público que llevaban la investigación. La CNDH pidió sancionar a los que participaron en esas irregularidades.

Apenas en septiembre pasado, un juez libró orden de aprehensión contra Cárdenas Palomino por el delito de tortura. También se le busca por enriquecimiento inexplicable y nexos con el narcotráfico.

A García Luna, el genio al que un día se le hará justicia, se la hacen realidad en Estados Unidos, donde está preso por varios delitos graves, como ayudar a introducir cocaína a dicho país y ser parte de una organización delictiva.

Florence fue liberada en 2013. Después, otros supuestos miembros de la banda que eran inocentes. Pero Israel lleva 16 años preso, aún no le dictan sentencia. La justicia expedita, promesa incumplida.