La distribución de medicinas y material de curación a las instituciones públicas de salud es un tema sin resolver, porque el manotazo del presidente Andrés Manuel López Obrador contra lo que consideró monopolios, abuso y corrupción, hizo a un lado a cerca de 200 empresas. No obstante, es una tarea fundamental que va más allá de transportar productos, como lo comprobó la Oficialía Mayor de Hacienda en 2019, señalaron ejecutivos del sector.

Ese año las autoridades se dieron cuenta de que además del traslado, se requiere control de inventarios, sistematización en las entregas y generación de facturas, entre otras actividades que los laboratorios farmacéuticos dejaban en manos de las distribuidoras.

Por eso se entiende que el Insabi y Birmex visiten a las empresas, con el aparente objetivo de contratarlas, dijeron.

No hay nada claro todavía ni se sabe si continuarán los 11 operadores logísticos (distribuidores) que el año pasado se encargaron de las entregas, aunque en su mayoría son empresas pequeñas que se hicieron cargo de una tercera parte de las necesidades de las ­instituciones.

Eso fue lo que se compró. El resto de los productos (70 por ciento) fueron adquiridos por cada organismo sanitario o, de plano, se quedaron sin ser surtidas, aseguraron los entrevistados.

En este año, la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) es responsable de la compra consolidada de medicamentos y material de curación; y aunque por un nuevo retraso en el proceso los contratos estarán vigentes de julio a diciembre (La Jornada, 9/3/21), el volumen a entregar será más grande, pues se trata de alrededor de 2 mil claves de medicamentos y materiales de curación.

Por lo pronto, las distribuidoras se declaran listas para colaborar con el gobierno federal. Resaltaron que en la licitación de 2018 participaron más de 160 empresas, de las cuales 54 obtuvieron contratos.

En tanto, las señaladas como monopolios están fuera del sector. La más grande era Fármacos Especializados. Fue inhabilitada en junio de 2019 por dos años. Terminó sus contratos a mediados de 2020 y cerró sus actividades para el sector público.

Contrato concluido

También era de su propiedad Servicio Integral de Logística y Distribución (Silodisa), que desde 2009 se hizo cargo de la organización y entrega de insumos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste). En diciembre concluyó el contrato y la propiedad fue adquirida por Farmacéuticos Maypo, otra distribuidora importante en el país. Esta ganó la licitación del Issste para sustituir a Silodisa y ahora, en las mismas instalaciones en Tlalnepantla, estado de México, se encargará de la distribución a este organismo y a otros del sector porque también está entre los operadores logísticos del gobierno federal.

No obstante, la mayor preocupación son los retrasos en las adquisiciones que obligan a las instituciones a licitar contratos temporales para garantizar el abasto, mientras Unops concluye la compra consolidada y sobre la cual no ha habido una información completa.

Los ejecutivos señalaron que la compra expedita que cubriría el abasto de enero a marzo, tampoco ha avanzado. Unops asignó unos cuantos contratos, pero hasta la semana pasada no habían solicitado nada.