Santos dio la bienvenida a su público de vuelta en las gradas y venció 3-1 a Necaxa en la jornada 10 del Guardianes 2021.

Parecía extraño un estadio con público. Humanos, gente que gritaba, protegidos con cubrebocas y bien sentados, como si hubieran olvidado cómo se mira un partido, pero ahí estaban, de vuelta en las gradas. Era sólo 40 por ciento de la capacidad del Territorio Santos, en Torreón, cuya situación sanitaria está en amarillo y les permitió abrir parcialmente las localidades.

Los jugadores recibían faltas y reclamaban aficionados. Anotaron y festejaron. Los rituales que durante un año no se vieron, salvo excepciones muy esporádicas. Los jugadores estaban presionados, ahora también por dar un buen espectáculo ante los asistentes.

Tardaron varios minutos en acomodarse. Era evidente que estaban emocionados de volver a tener a los suyos en las gradas. Algo de nerviosismo, quizás. Pero Santos intentó desde el inicio dominar al rival y lo conseguía, aunque no lograban coordinar hasta el final una jugada que se reflejara en el marcador.

Presionaba, aunque de manera un poco precipitada. Andrés Ibargüen tuvo la jugada más clara hasta el minuto 37, cuando Carlos Orrantia le envió un centro inmejorable y ante el arco, el colombiano remató de zurda, pero la mandó desvia-da de forma imperdonable.

En la siguiente jugada, Santiago Muñoz se metió al área en un alarde de fuerza y coraje, empujando con el cuerpo y cuidando la pelota para entrar bien armado. Adentro enfiló al centro del área, se acomodó y entre tres defensas disparó raso, sin que el portero alcanzara a ver por dónde le llegaba el primer gol, a los 38 minutos.

Un contragolpe de Santos fue frenado con una falta. Al cobrarla hicieron una jugada de ensayo. Fernando Gorriarán no tiró al arco, sino que habilitó a Juan Ferney Otero, quien disparó imparable y anotó el segundo de Santos al 53.

Un par de goles dio confianza a Santos y bajó las revoluciones. Una concesión que no desaprovecharon los Rayos y trataron de acercarse. A los 77 minutos, Necaxa acortó distancia con un tanto. Un remate de cabeza de Daniel López puso el 2-1. Y, mientras se acercaba el final, el empate no parecía descabellado.

Pero en la agonía del duelo, Gorriarán llegó convertido en un bólido para definir una jugada inesperada y sellar la victoria 3-1 de Santos.