Las semanas posteriores a la derrota, la casa de la ex campeona mundial Lupita Martínez guardaba un silencio funerario. El 12 de diciembre 2020, día en que celebraba su onomástico, perdió el título supermosca del CMB en un combate donde era la favorita ante Lourdes Juárez. No supo qué ocurrió esa noche ni cómo manejar la zozobra.

No sé por qué sufrí tanto al perder el campeonato, confiesa Lupita. No soy la primera en quedarse sin un título; he visto ex campeones que están tristes tras la derrota, pero pronto están listos y como si nada. Para mí fue un drama muy fuerte. Me pregunto por qué me duele tanto y no sé qué responder.

Sabía que en ese campeonato tenía depositadas todas sus esperanzas de mejorar la vida de su familia –sus dos hijos pequeños y su madre–. Ser campeona mundial, además, le cambió la percepción de sí misma. Antes de caer pasaba horas mirando el cinturón que la acreditaba como monarca, trataba de convencerse que había llegado a lo que todos en el boxeo aspiran.

Ahora veo el cinturón en su estuche y me digo: ya no eres más la campeona, confiesa con pesar.

La derrota le dolió aún más porque era la favorita y llegó tras una estupenda preparación. Pero Lourdes Juárez hizo lo inesperado, la avasalló desde el primer segundo de combate y no bajó la intensidad. Lupita se desesperó y con ello olvidó todo lo que había practicado para esa noche.

Eso demuestra que el boxeo no sólo es físico, explica, todos lo dicen, pero es verdad, es cuerpo y mente, si en la cabeza no mantienes las ideas claras, si no estás concentrada en el plan de la pelea, se te viene todo abajo aunque estés incluso mejor preparada en lo atlético que tu rival.

Lupita ha repasado en silen-cio esa pelea y afirma que vive una especie de duelo. Entre el encierro por la pandemia, las pocas ofertas de trabajo y la derrota, los días se han vuelto grises.

Me ofrecieron la revancha inmediata, comenta, pero la pandemia entorpece todo, así que me esfuerzo por no ser impaciente. Si de pronto me enterara que Lourdes hará su primera defensa con otra rival, entonces sí la voy a pasar mal.