Tampa Bay/Kansas City. Tom Brady es el pasador de la bolsa de protección por excelencia, quedándose atrás de su línea ofensiva y lanzando el ovoide hacia to-das partes, mientras Patrick Mahomes es el niño en el patio de la escuela, que se mueve para ganar tiempo antes de enviar el balón.

Estilos muy diferentes con dos de los mejores mariscales de la NFL será visto hoy cuando Brady y los Bucaneros de Tampa Bay reciban a Mahomes y los campeones defensores Jefes de Kansas City, en la edición 55 del Supertazón en el Raymond James Stadium.

En el box, dicen que los estilos hacen las peleas. Eso también podría aplicar para este par de mariscales en el duelo generacional entre el jugador con más edad de la NFL, Brady, de 43 años, y el menor Mahomes, de 25, en la final de la Liga.

El estilo de Brady es un recuerdo al pasado, cuando los quarterbacks se acurrucaban bajo el centro para lanzar, retrocedían cuidadosamente en la bolsa para evaluar el campo y luego revisaban sus progresiones antes de enviar el balón a un hombre abierto. Y si nadie está ahí, él está completamente feliz lanzando el ovoide hacia las gradas y preparándose para la siguiente jugada.

Es un sello que ha funcionado bien durante una carrera que seguramente llevará a Brady al Salón de la Fama con 10 finales de la NFL. Ya tiene una cantidad récord de seis anillos de Supertazón y podría unirse a Peyton Manning como los únicos mariscales en ganar un campeonato con equipos diferentes.

El jugador que pasó dos décadas con los Patriotas de Nueva Inglaterra también tendrá la oportunidad de ampliar sus registros en el partido de hoy en cuanto a yardas por lanzamiento, pases de anotación, pases completos y casi cualquier otra métrica con la que se puede medir el éxito de un quarterback.

Brady y Mahomes podrán ser similares en ese aspecto, pero el joven pasador tiene un enfoque distinto.

Es probable que Mahomes opere fuera de la bolsa de protección que bajo el centro, golpeando sus manos una vez para poner a sus chicos de la posición de habilidad en cambios y movimientos locos y de nuevo para pedir el snap. Revisará sus opciones tal como lo hace Brady, pero cuando las cosas se rompan, el mariscal usará sus piernas para comprar tiempo y su agudo intelecto por improvisar.

Es brillante manteniendo sus ojos en el campo y haciendo pases tardíos. También es peligroso cuando agarra bien el balón y empieza a correr.

Jugando como locales por primera vez en la historia, los Bucaneros tratarán de recuperar una corona que no han ganado desde hace 18 años contra unos rivales que saldrán a luchar para conseguir el bicampeonato por segundo año consecutivo y el tercero de su historia.

El entrenador Bruce Arians también podría convertirse con 68 años en el más veterano en levantar el trofeo Vince Lombardi. Para ello su defensa, una de las mejores de la Liga, tendrá que neutralizar a la ofensiva de los Jefes de Andy Reid, que promedió 29.6 puntos en la fase regular.

El gran espectáculo deportivo de Estados Unidos pondrá el punto final a una campaña en que la NFL logró sortear los desafíos de la pandemia de coronavirus –los partidos aplazados y contagios de jugadores no adulteraron la competición– y ofrece una batalla entre quarterbacks que puede marcar una época.

El certamen que suele tener una audiencia televisiva de unos 100 millones de espectadores y transmitida por la cadena CBS, lucirá esta vez diferente.

Grandes marcas como Coca-Cola decidieron suspender sus anuncios publicitarios (5.5 millones de dólares por 30 segundos) y canalizarlas a causas relacionadas con la pandemia.

Los organizadores prohibieron que los espectadores –serán 25 mil– bajen a la cancha durante el tradicional espectáculo musical del medio tiempo, en esta ocasión a cargo del canadiense The Weeknd.

Unas 7 mil entradas fueron reservadas para trabajadores sanitarios ya vacunados como gesto de agradecimiento por su labor en la lucha contra el coronavirus, que ha tenido en Florida uno de los principales escenarios en el país.

El gobierno instó a los estadunidenses a no reunirse con amigos para disfrutar del juego por temor a que provoque un repunte del virus.

A su vez, la NFL ofreció transformar cada uno de los 30 estadios donde se disputa la Liga en centros de vacunación masiva, así se lo hizo saber el comisionado Roger Goodell en una carta enviada al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.