En vísperas de cumplir 91 años este jueves, la escritora Margo Glantz dice que practica la lucidez todos los días, algunas veces asomándose al mundo a través de la vertiginosa ventana de las redes sociales, otras, trabajando las antologías de sus ensayos que le piden diversas editoriales o participando en congresos, entrevistas, ferias del libro y cursos vía Zoom.

En entrevista con La Jornada, la autora consideró que la pandemia ha vuelto a encerrar a las mujeres que antes de la crisis sanitaria estaban tomando las calles para expresarse, parece que hay una especie de destino manifiesto para que no nos reunamos; es algo muy siniestro que no podamos ser absolutamente libres, no sólo en mente, sino en cuerpo.

Sin embargo, enarbola las palabras de Virginia Woolf –sobre quien prepara un prólogo para una edición nueva de Un cuarto propio–, quien decía que nada puede poner cerrojos a la libertad de pensamiento.

“No hay nada más libre que el pensamiento humano y, ahora sí, cada vez hay más mujeres expresándolo, cuando han estado proverbialmente encerradas. El mundo femenino ha sido dentro de sus casas; aunque participan de la vida publica, les es más vedado que a los varones, al grado de que se dice que la mujer es de adentro y el hombre de afuera de manera muy general.

“Hay muchas pinturas donde la mujer ve al mundo desde su ventana; por ejemplo, las monjas veían el mundo desde la azotea, desde el locutorio, porque tenían clausura perpetua. Por ello es muy impactante cómo Sor Juana pudo ver el mundo de manera tan universal y extraordinaria, y salir del encierro en Primero sueño; todo es a partir de la imaginación.

“Quiero escribir sobre todo esto de una manera más clara, pero me estresa mucho la pandemia. El encierro debería sentarme más, pero estamos a la expectativa de que termine, y nunca termina. Esperamos un final que no viene, ni la vacuna, entonces nos dispersamos.

Pero quisiera poder escribir sobre esta lucha que las mujeres hacen hoy día, a propósito de la disyuntiva que plantea el libro de Virginia Woolf, quien dice que con tener un cuarto propio la mujer es libre para escribir, pues ella no habla de que necesitamos además un cuerpo propio, el cual nos está siendo siempre negado a partir de la negación a permitirnos disponer libremente del aborto.

Ese es uno de los temas que la escritora aborda en los ensayos que integran la antología Cuerpo contra cuerpo, editada por Sexto Piso, que Margo presentará este jueves 28 de enero a las 19:30 horas en el Facebook de la Feria del Libro Universitaria Virtual de la Universidad Veracruzana: https://www.facebook.com/FILU. UniversidadVeracruzana.

Con casi 56 mil seguidores en Twitter, Glantz no deja de ejercitar el ingenio y los chispazos literarios con sus tuits. A veces me aplauden, y aunque caigo en el narcisismo universal, reconoce y añade: “me doy cuenta de que en esa red social todos somos gigantescos, extraordinarios, maravillosos, simpáticos e irremplazables. Y si todos somos eso, no somos nada.

“Me sirve mucho, porque siempre he tenido una amplia curiosidad sobre temas también muy amplios. Twitter me ha servido para seguir todas esas pluralidades, para tratar de aprender a partir de ellas y he escrito al menos de una manera específica en dos libros, también publicados por Sexto Piso, Yo también me acuerdo y Por mirarlo todo, no veía nada, en los que trabajo esa multiplicidad de registros que afortunadamente Twitter me brinda y que, a partir de la organización textual literaria, me ha permitido dar un sentido.

Es una ventana al mundo, a veces alucinante, vertiginosa, porque hay demasiadas cosas al mismo tiempo; también demasiado odio, sarcasmo y narcisismo, pero el sedimento de toda esa información es valiosa, y es la que quiero reunir.

Margo celebrará su cumpleaños, en sana distancia, en el patio de su casa, este jueves, en compañía de sus hijas y nietos: “Trataré de abrir una botella de champaña, porque no se cumplen todos los días 91 años.

No sé cómo se hace para llegar a esta edad con lucidez, a lo mejor son los genes o que todos los días la practico. La lucidez me es grata y me es propicia, concluye la escritora.