El origen de esta radio se remonta a las necesidades de información y comunicación de miles de personas que conformaron los asentamientos irregulares ubicados en el noroeste de la ciudad de Monterrey, N.L a partir de los años 70s, familias de trabajadores de bajos ingresos sin acceso a los todavía inexistentes programas de vivienda popular.
Las condiciones de ilegalidad de estos asentamientos fueron el argumento de las autoridades para negar los servicios básicos como agua potable, drenaje sanitario y electrificación, así como los servicios de salud y educación, condiciones que estas comunidades han tenido que remontar a través de una sólida organización y una lucha permanente para la solución de sus necesidades, lucha que requería información constante sobre acuerdos, resultado de las movilizaciones y seguimiento de trámites, que durante varios años se difundieron a través del primitivo sistema de radio-bocinas.
Pronto, con la extensión del movimiento, este sistema fue totalmente insuficiente, mientras se hacía evidente la necesidad de contar con medios de comunicación diferentes, identificados con los intereses y las necesidades de la población trabajadora pobre, creando la necesidad de contar con una radio de FM local, propósito que solo pudo materializarse en 2001 a través del apoyo de los jóvenes del movimiento del CGH y su radio libre, la Ke Huelga, quienes instalaron un transmisor de 30 watts que durante siete años dio servicio a las luchas de la Asociación Civil “Tierra y Libertad”.
La amenaza a la salud que representa la actual contingencia sanitaria por el virus de la Covid 19, que se propaga donde las vulnerabilidades individuales se agravan por la vulnerabilidad socioeconómica, con hacinamiento en las viviendas, imposibilidad de permanecer en casa por acudir al trabajo, sin sana distancia en el pésimo servicio de transporte público, falta de seguridad social, etc., son un desafío que convoca a las radios a participar con pleno compromiso en la lucha por proteger a la población de la pandemia.
La pandemia por Covid 19 es un problema de Salud Pública, y ésta, antes que ser una prioridad hospitalaria, lo es de prevención a través de la promoción de la salud y de la educación sanitaria. Precisamente porque el virus no tiene tratamiento médico específico y porque la vacuna no ha estado disponible, la necesidad de promover intensivamente los recursos de prevención a través de las medidas de higiene y de distanciamiento social, de acatamiento a las disposiciones de las autoridades sanitarias, han sido tareas que las radios comunitarias e indígenas han asumido con toda responsabilidad.
Estas radios, en contacto inmediato y permanente con sus audiencias y sin la presión de compromisos comerciales, han podido disponer del tiempo necesario para las entrevistas con el personal de los centros de salud comunitarios, para establecer enlaces con expertos, la conexión con las conferencias de las autoridades sanitarias federales y estatales, la compartición de programas, cápsulas y spots con radios de la red, la aclaración de dudas y el desmentido a las información falsa, sin faltar el acompañamiento musical, informativo general y de entretenimiento, indispensables para levantar el ánimo de las audiencias en el largo período de confinamiento.
El contacto con las comunidades y sus preocupaciones más vitales nos exigen también una actitud crítica, por ejemplo, ante las insuficiencias de los sistemas de salud, la falta de aplicación de suficientes pruebas, la falta de seguimiento a los casos de contagios confirmados, la falta de apoyo para el aislamiento de estos enfermos en condiciones de hacinamiento domiciliario, la falta de asesoría médica oportuna para el traslado de pacientes que se agravan, la falta de equipos de protección al personal sanitario, la falta de creación de brigadas sanitarias vecinales, la falta de supervisión a las condiciones laborales y de la aplicación de un impuesto especial a las grandes fortunas para el apoyo económico de desempleados y grupos vulnerables, entre otras importantes deficiencias.
Nuestras radios han asumido estas tareas de forma totalmente voluntaria. No ha habido acercamiento de las autoridades federales o estatales de salud para apoyarse y apoyar planificadamente esta colaboración. Incluso el único apoyo económico de parte del Estado, autorizado por la Ley, a través de la transmisión de publicidad oficial, ha sido este año sumamente exiguo y retrasado.
El Director de la OMS, Tedros Adhanom, citó como una de las condiciones esenciales para el regreso a una “nueva normalidad”: “Que las comunidades estén plenamente informadas, implicadas y empoderadas para adaptarse a la «nueva normalidad”. Las radios de AMARC asumimos esta tarea, cumpliendo con los principios de participación social directa, equidad, convivencia social y, además, de perspectiva de género, en cuanto al terrible agravamiento de la situación de niñas y mujeres por las contingencias sanitaria y económica.•