Al celebrar ayer el 20 aniversario de su creación, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) reconoció que todavía quedan muchos retos por delante para desterrar las desigualdades estructurales y la prevaleciente cultura machista en el país. Reiteró que para cambiar esta situación se requiere el compromiso del gobierno, el sector privado y la sociedad.

Organizaciones feministas señalaron que al instituto le ha faltado emprender acciones para posicionarse en temas prioritarios, como la discriminación contra las mujeres y el respeto a sus derechos sexuales y reproductivos. De igual manera, lamentaron que a la fecha no logre colocarse entre la ciudadanía como institución que trabaja por la igualdad.

El Inmujeres fue fundado el 12 de enero de 2001 con el propósito de promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres, así como el ejercicio pleno de todos los derechos femeninos.

En su 20 aniversario, el instituto destacó que algunos de sus logros son la promulgación de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, en 2006, y la General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en 2007. Resaltó acciones como la creación del Fondo para la Transversalidad de la Perspectiva de Género, en 2008, así como su trabajo en la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes y la integración de la Red Nacional de Presidentas Municipales y Alcaldesas.

Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR), expuso que el Inmujeres ha faltado en ser esa instancia que alce la voz antes las injusticias, la corrupción y violencias machistas, incluidas las que comete el partido que está en el poder.

Indicó que en la administración actual no ha defendido los presupuestos destinados a las mujeres y tampoco ha hecho eco para la participación ciudadana.

Maricruz Ocampo Guerrero, directora regional del Centro Latinoamericano para la Paz, la Cooperación y el Desarrollo e integrante de la Red Nacional de Alertistas, indicó que para un mejor funcionamiento, el instituto debe tener una agenda que sea independiente de las determinaciones de quien está en el poder, que se reconozca su vocación y que sus recomendaciones y su política pública realmente sean obligatorias para todos los actores dentro de las administraciones federal, estatal y municipal, para que no se deje como a contentillo.