Viernes 8 de enero de 2021, p. 18
La inflación al cierre de 2020 fue de 3.15 por ciento, el menor nivel en siete meses, y se caracterizó por que el precio de los energéticos se redujo a lo largo de ese periodo, mientras se encarecieron los alimentos procesados, muestra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Lo reportado para el año pasado se ajusta al objetivo del Banco de México (BdeM), cuyo mandato de contener la inflación tiene como propósito mantenerla en un rango de 3 por ciento, con una variación de más/menos uno por ciento. En 2020 el organismo redujo su tasa de referencia de 7.25 por ciento a 4.25 –la cual determina el costo del financiamiento– a medida que avanzaba la crisis por la pandemia de Covid-19.
Analistas financieros prevén que al estar la inflación cerca de la meta del BdeM, con el ingreso de Galia Borja a la junta de gobierno de este instituto, en lugar del subgobernador Javier Guzmán –considerado uno de los integrantes con una postura más restrictiva–, se contarán con los votos necesarios para que en febrero continúe bajando la tasa de referencia. Gerardo Esquivel y Jonathan Heath votaron en ese sentido el pasado 17 de diciembre.
Según lo publicado por el Inegi, primero las bebidas alcohólicas y el tabaco, cuyos precios aumentaron 7.95 por ciento, y en seguida los alimentos y bebidas no alcohólicas, que lo hicieron en 5.8 por ciento, fueron los productos por finalidad que más se encarecieron el año pasado. En el mismo periodo, los energéticos se redujeron 0.2 por ciento.
Así, mientras el índice de precios subyacente –que contiene los productos que no tienden tanto a variar– tuvo incremento mensual de 0.55 por ciento y de 3.8 anual, el índice de precios no subyacente disminuyó 0.13 por ciento mensual y a tasa anual creció 1.18 por ciento.
Gabriella Siller, directora de Análisis Económico en Banco Base, apuntó en un reporte a inversionistas que si bien la inflación se ha desacelerado los dos meses pasados, se debe considerar que la inflación subyacente se resiste a bajar, dado que es el componente medular
del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y explica la inflación de largo plazo.
Explicó que a lo largo del año, la pandemia ocasionó distorsiones en la formación de precios. En un recuento, consignó que en abril disminuyó 2.15 por ciento interanual como consecuencia del confinamiento, con menor demanda en servicios, mercancías no alimenticias y la gasolina. En octubre alcanzó hasta 4.09 por ciento interanual, luego de verse presionado por el aumento en precios de productos agropecuarios y energéticos.
Alejandro Saldaña, de Ve por Más, advirtió que en enero el repunte de contagios de Covid-19 y las medidas para contenerlo implican riesgos al alza para los precios de alimentos frescos y preparados, y a la baja para los de servicios. En adelante, la inflación se mantendría limitada por una débil demanda y menor depreciación cambiaria.
Al contar únicamente diciembre, el INPC registró un alza de 0.38 por ciento respecto al mes inmediato anterior. La gasolina de bajo octanaje, el pollo y el gas doméstico LP fueron los productos que más se encarecieron con un mayor efecto en el indicador. Sinaloa, Nayarit y Morelos fueron los estados con mayor incremento de precios.