Miércoles 6 de enero de 2021, p. 25
La dirección del Metro renovó el contrato con la clínica Durango para dar atención médica a los trabajadores de ese sistema de transporte y sus derechohabientes, con lo que concluyó el conflicto que se había generado con el sindicato encabezado por Fernando Espino, que exigía la reanudación del servicio con dicha institución privada.
Desde hace un par de días, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, que agrupa a 13 mil empleados de base, acusó a la administración del Metro, encabezada por Florencia Serranía Soto, de dejar en total desamparo
a los trabajadores en cuanto a los servicios de salud, al suspender la relación contractual con la citada clínica.
En respuesta, el Metro afirmó que la atención médica a los trabajadores está asegurada en todos los niveles, con clínicas y consultorios propiedad del organismo, convenios con hospitales privados y de alta especialidad del sector público.
Ejemplo de ello, dijo, fue el contrato que se signó en mayo pasado con la clínica Nápoles por la pandemia de Covid-19, en la que se atiende a trabajadores en activo, jubilados y derechohabientes con diagnóstico positivo del nuevo coronavirus y otras urgencias médicas.
Sin embargo, el gremio acusó que dicha institución no cuenta con la capacidad suficiente para resolver la demanda de los trabajadores, por lo que exigían la reactivación del contrato con la clínica Durango.
Fuentes del Sistema de Transporte Colectivo señalaron que en ningún momento se rompió la relación con la clínica Durango, sino que se encontraban en un proceso de negociación para renovar el contrato, aunque aceptaron que uno de los problemas para llegar a un acuerdo era el costo que tiene para el organismo público, toda vez que en los últimos cinco años ha significado una erogación de alrededor de 2 mil millones de pesos.
Ayer por la tarde, el STC informó al sindicato que llegó a un acuerdo con la clínica Durango para renovar el contrato, lo cual fue celebrado por el gremio, que llamó a los trabajadores a suspender las tácticas de lucha
que se habían acordado para exigir su derecho a la salud, al tiempo que expresó que jamás buscó la confrontación con las autoridades del Metro ni del gobierno de la ciudad.