En el futbol americano está por iniciar una revolución. Naomi Robles estudia veterinaria, trabaja, lleva un régimen alimenticio estricto y realiza dos entrenamientos diarios para romper esquemas con los Toros Salvajes de la Universidad de Chapingo y convertirse en la primera mujer que juegue en la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (Onefa).

Hay críticas, pero estoy orgullosa de mi esfuerzo, la intención es abrir puertas para más mujeres, espero que pronto se generen ligas profesionales para nosotras con las mismas oportunidades de los hombres. Ya hemos demostrado en todos los deportes que podemos tener un gran nivel, dijo en entrevista para La Jornada.

Robles, quien juega de liniera, ha pasado toda su vida cerca del futbol americano al ser parte de varios equipos amateur desde las Águilas Blancas femenil del Instituto Politécnico Nacional, las Leonas de las FES Cuautitlán y Raiders Arboledas. Además ha sido parte de la selección mexicana y ha competido en varios nacionales.

La oportunidad para integrarse a un equipo de la Onefa llegó mientras buscaba su desarrollo académico. Con el interés de estudiar una maestría en la Universidad de Chapingo, Naomi recibió una invitación del coach Raúl Olvera para probarse en el conjunto de los Toros Salvajes.

▲ El mensaje es claro, podemos competir al mismo nivel que los hombres, sentencia Robles, quien juega de liniera .Foto cortesía de la jugadora

Pasé varias pruebas, los entrenadores analizaron cómo me desenvolvía en el equipo y ahorita estoy en la lista de Toros Salvajes como cualquiera de los otros jugadores, sigo el mismo entrenamiento, aunque soy consciente de que será un proceso largo, indicó.

Para poder jugar en una liga mayor, Naomi ha tenido que aumentar su trabajo de acondicionamiento, además sigue un plan nutricional y de ejercicio para subir de peso.

Mi cuerpo ha tenido cambios drásticos en esta preparación. Los futbolistas de mi posición pesan entre 80 y 90 kilogramos, mi meta es alcanzar los 85 kilogramos en los próximos meses, es importante para cuidar mi integridad y la de todo el equipo, señaló la jugadora de 1.75 metros de estatura.

Robles entiende que en el deporte varonil existen ciertos códigos de género, pero aseguró sentirse arropada por sus compañeros de equipo. No obstante, lamentó las críticas externas: piensan que no daré el ancho, pero todo lo tomo como una motivación; es un reto difícil, aunque lo asumo con gran responsabilidad y respeto al futbol americano.

Noami continuará su preparación los próximos meses, sólo espera que se controle la pandemia para iniciar en septiembre la temporada de la Onefa y dejar claro su potencial como jugadora, independientemente del género.