Jueves 24 de diciembre de 2020, p. 4
El libro Mantén la música maldita, de Carlos Velázquez Perales (Coahuila, 1978), editado por Sexto Piso, exhibe la relación del rock con el autor, desde su juventud cuando escuchaba discos de Blur y esperaba lo nuevo de The Smashing Pumpkins, hasta los conciertos a los que no pudo asistir, como el de Rage Against The Machine o Guns N’ Roses.
“El título incita a conservar la música popular como el rock y su proliferación; ahora todo es más calculado y controlado. Necesitamos revelarnos de ese orden, también contra el streaming, que da esa sensación que no todos necesitan.
En mis crónicas cuento el antes, durante y después de un concierto. Hay caos, empujones; te puedes pelear o enamorarte. Lo que ves en el escenario te inyecta adrenalina que necesitas sacar, si no, no te deja dormir
, explica el escritor y melómano en entrevista con La Jornada.
Autor de los libros de cuentos como Cuco Sánchez blues (2004) y La Biblia Vaquera (2009), Carlos Velázquez recibió los premios Nacional de Cuento Magdalena Mondragón en 2005 y el Testimonio Carlos Montemayor 2012.
“La década de los 90 fue la última época dorada del rock, por la gran cantidad de bandas que se encontraban en el espacio radiofónico. Ahora las cosas cambiaron; no lo sabíamos, pero estábamos en la gloria.
“Nirvana retrató el sentir colectivo de esos años como nadie y se manifiesta en su canción Come as you are, en la que expresa ‘ven como tú eres’, una aceptación. Eso ya se perdió, ahora todo es bastante uniforme, parece que el mensaje es ‘ven como yo quiero que seas’”, aclara.
Mantén la música maldita no es un libro de crítica musical: es un relato de aventuras que el autor y sus cómplices vivieron en conciertos. Uno de sus objetivos “es exaltar y resaltar la celebración de lo que viví con mis amigos y la oportunidad que tuvimos de ver a muchas bandas que nos gustan. La música te ayuda a tender lazos.
“Había cosas que dábamos por hechas y que nunca iban a estar amenazadas, como los conciertos; ahora hay desolación y muchas ganas para retomar las presentaciones en vivo. No he visto bandas en streaming, me parece una experiencia muy fría: es como el sexo cibernético, no puedes tocar la carne, no experimentas los mismos placeres”, comparte.
Los conciertos de los grupos por Internet son “fríos y muy ordenados. En la catarsis es necesaria la presencia física, porque en la pantalla sólo tienes una visión reducida. Antes observabas el escenario, las luces, ahora ves una pinche pantallita. Lo más importante: no hay una retroalimentación entre el público y la banda, esa es esencial para la música.
“Mis bandas favoritas en español son Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota; los Caifanes, sobre todo El nervio del volcán, para mí el mejor disco, en el que el grupo se compacta como una banda de rock y no con la etiqueta de rock mexicano, como en otros de sus discos”, concluye Carlos Velázquez.