Viernes 11 de diciembre de 2020, p. 26
La Fiscalía General de la República (FGR) continúa investigando la responsabilidad de ex funcionarios mexicanos en el resultado de la operación Rápido y furioso. Asimismo, ha realizado nuevas solicitudes de información al gobierno de Estados Unidos, ya que el material proporcionado resulta insuficiente para determinar hasta qué niveles de gobierno se autorizó la participación de agentes extranjeros en la entrega controlada de armas a grupos criminales que operan en ambas naciones, señalaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad.
Oficialmente, la institución que dirige Alejandro Gertz Manero sólo indicó que se mantiene abierta la indagatoria.
Los funcionarios señalados indicaron que luego de la información entregada en julio pasado por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Ministerio Público Federal obtuvo los números de serie de armas que habrían sido entregadas por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) a grupos delictivos, particularmente al cártel de Sinaloa, desde octubre de 2009, con el conocimiento de funcionarios mexicanos.
Reinicio
La investigación se reinició este año a solicitud del gobierno mexicano ante la necesidad de esclarecer si el ex presidente Felipe Calderón y el ex procurador Eduardo Medina Mora estuvieron al tanto de Rápido y furioso.
En la indagatoria de la FGR se han integrado documentos del Congreso de Estados Unidos que dan cuenta de comparecencias de funcionarios de ese país, quienes señalan la manera en que más de 2 mil armas ingresaron a territorio mexicano. La intención era darles seguimiento, detener a los traficantes que operan en ambos países y conocer a qué nivel de las organizaciones delictivas se distribuían, pero la operación falló y una de las armas fue utilizada para asesinar a un agente estadunidense y otra fue localizada cuando se detuvo en 2015 a Joaquín El Chapo Guzmán.
Desde 2011 la entonces PGR había enviado siete solicitudes de asistencia jurídica al gobierno de Estados Unidos, sin obtener información de los funcionarios de ambas naciones que tuvieron conocimiento, participaron en el seguimiento de los pertrechos y fallaron en el objetivo.