Hilos de viento
oemas buenos hay muchos; indispensables, pocos. La realidad más tarda en ocurrir que en empezar a disolverse. Dios es la conciencia del universo. Escribir es darle existencia al sentido, no viceversa. En la luz no cabe la menor duda. El rostro es lo más difícil de desnudar. Hacer del tiempo algo que se respira. ¿Cuántos asombros es capaz de soportar un hombre antes de hundirse en el misterio? La respuesta está en el viento.
Hilos de viento pudieran llamarse los aforismos de Raúl Aceves, escritor recientemente designado Premio Jalisco en lo literario
(hay más rubros), que entre otros recibieron Juan José Arreola, Juan Rulfo y Vicente Leñero (los mecanismos relativos a dicho reconocimiento –y con ellos la pichicatería respecto del monto pecuniario correspondiente–, han sido recientemente cuestionados; no, hasta donde sé, el literato este año seleccionado).
Jugamos con esos hilos de viento –citamos no textualmente– en la entrada de esta entrega. Antes de pasar a las citas textuales no quisiera dejar de mencionar (la Feria Internacional del Libro suele concentrar –y en cierto modo distraer– la atención por estos días) que La Otra FIL, organización acertada y declaradamente independiente de programación cultural y artística al margen de la FIL, cumple ya 15 años; que el Centro Documental Carmen Balcells, dependencia de la Universidad de Guadalajara, que la semana pasada rindió un homenaje a Aceves, llegó a sus primeros cuatro, ni que este autor, muy próximo a cumplir los 69, ha escrito poesía, narrativa, libros de investigación y varios de aforismos. He aquí una mínima muestra de éstos:
El Ser sabe cómo ser. / Generalmente los elogios abochornan. Es como si nos echaran en cara nuestras posibles virtudes, para ver si de veras son nuestras. / El misticismo también es un deporte extremo. / Si la oración es la respiración del alma, entonces la respiración es la oración del cuerpo. / Las palabras son un puente para llegar al otro lado de las palabras; las palabras que sólo llegan a las palabras, en realidad no llegan. / El viajero transforma el paisaje exterior en paisaje interior. / El poema hace duradero el instante irrepetible. / El aforismo es un género breve, pero no menor.