Los agroquímicos como el glifosato no son la única ni la mejor alternativa frente al cambio climático y el Covid-19, el cual obliga a tener mejores alimentos y sin residuos tóxicos, aseguró el profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Gerardo Noriega Altamirano.

En entrevista con La Jornada, el también responsable del Módulo de Producción de Abonos Orgánicos y Lombricultura en el Campo Agrícola San Ignacio de la UACh, expuso que existen práticas agrícolas y microrganismos que pueden desarrollar la función de los herbicidas tanto para la pequeña agricultura como la comercial.

Consideró que el reclamo de las empresas productoras de insumos químicos no obedece a la posible disminución de la producción de alimentos si se prescinde del glifosato, sino porque se afecta su negocio.

Aquí son intereses económicos, y eso es legítimo, y es respetable su postura. Y es que eliminar el uso de esos herbicidas les obligaría a buscar insumos alterntivos, y eso implica ciencia y desarrollo, y esto son pesos y tiempo, y no quieren perder el negocio.

Expuso que muchas veces la maleza crece entre los cultivos porque el suelo está desequilibrado, justamente a causa del tipo de agricultura que inspiró la denominada Revolución Verde, y que se centró en monocultivos y uso de químicos.

Cuando el suelo pierde el equilibrio se manifiestan las plagas, así como se manifiesta la maleza, se pueden presentar larvas que comen las raíces como la gallina ciega o el gusano de alambre. La maleza prospera también, porque hay mucho suelo descubierto, y entonces la radicación solar llega a éste e indiscutiblemente la maleza nos va a ganar, pero si hay una población de plantas suficiente, no van a permitir que ingrese el sol.

Sugirió que debe trabajarse en más ciencia y tecnología que nos permita conocer con precisión cuántas plantas por hectárea deben tenerse para que la radiación no llegue al suelo y la aprovechen los cultivos.

Los avances biotecnológicos permiten entender que podemos caminar sin pelearnos con el ambiente, y ahora esto cobra mayor importancia porque con el Covid requerimos alimentos de gran calidad, entonces tenemos que transitar a una nueva forma de producir, para que garanticemos al consumidor alimentos libres de residuos tóxicos. Se requiere un verdadero programa agroalimentario.