Número 158 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
INFIERNOS AMBIENTALES

Puebla

Uso de tecnologías que inhiben las lluvias: cañones antigranizo y yoduro de plata

Movimiento para la Defensa del Agua y de la Tierra (MODAT-CNPAMN), Movimiento de Autogestion Social Campesino Indigena Popular (MASCIP-CNPAMN) y Ejidos de Puebla y Oaxaca

En la zona de la cuenca Libres Oriental, donde habitamos, el problema por la falta de agua y lluvia data de varias décadas, por lo que las comunidades afectadas estamos organizadas para recuperar el agua y territorio del que nos han despojado. De distintas formas hemos denunciado el “supuesto” -como dicen funcionarios de las instituciones del gobierno del Estado- uso de cañones antigranizo, así como de yoduro de plata para inhibir las lluvias. También hemos tenido noticias de que en la Sierra Negra y en Tehuacán han sufrido esta situación, así como en otros estados de la República.

Desde hace 16 años ha habido levantamientos sociales de campesinos en la cuenca por esta situación. Se ha denunciado ante el gobierno del estado, el poder legislativo y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que se detenga el uso de estas tecnologías, sobre las cuales tenemos la sospecha de que han sido utilizadas en distintos momentos por las empresas automotrices Audi y Volkswagen, la agroindustrial Driscoll´s (productora de fresas, moras, etc.) así como productoras industriales de aves y cerdos, como Granjas Carroll. Estas empresas han negado su responsabilidad, a pesar de que nosotros escuchamos detonaciones de los cañones antigranizo y hemos visto volar avionetas, que suponemos bombardean con yoduro de plata las nubes, cada vez que se avecina una tormenta. Creemos que estas prácticas, que no están reguladas ante la ley, son las responsables de la sequía en nuestras tierras, la pérdida y muerte de nuestras cosechas de maíz, así como del empobrecimiento de nuestros pueblos.

La cancelación artificial de la lluvia por estas tecnologías ha causado que no se permita la recarga natural de los mantos freáticos en la zona de Libres Oriental: baja el nivel del agua y se secan los pozos, aunado a la sobreexplotación y acaparamiento del agua por parte de las empresas que poseen las concesiones. Para los que somos afectados, esto es el resultado de la regulación laxa o inexistente al respecto, aunado a los actos de corrupción para el uso y explotación desmedida de nuestra tierra, agua y aire. El gobierno prefiere darle las concesiones de agua a las empresas, que a comunidades y pueblos originarios. Esto causará a muy corto plazo que la zona se convierta en un desierto. La pérdida de la vida ya está aquí; sin agua vamos a morir, así como nuestras cosechas.

Para resolver estos problemas, nos hemos reunido varias veces en el año con representantes del gobierno del estado, la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial y la Secretaría de Desarrollo Rural, para exigir una solución a la escasez de lluvia y agua, así como a las afectaciones de nuestros cultivos. Actualmente se está haciendo un recorrido en las zonas perjudicadas por la sequía y por el uso de estas tecnologías. Se ofreció indemnizar, pero el gobierno no toma en cuenta que, para sembrar una hectárea con un grano básico, se necesitan mínimo 10 mil pesos. Es una burla que hayan propuesto 500 pesos por hectárea a campesinos afectados. Aunque el Secretario de Gobierno, David Méndez se comprometió a cancelar el uso de estas tecnologías, a indemnizar, a dar concesiones de agua a ejidos y comunidades dañadas, no ha cumplido. Además, el Gobierno del Estado también se comprometió a llevar a cabo estudios respecto al uso de cañones y yoduro de plata, ya que no existe una norma que vigile esta práctica. Algunos diputados locales se ofrecieron a redactar una ley para que se prohibiera, pero lamentablemente no ha sucedido nada.

Al ver nuestro territorio devastado, contaminado y amenazado por la sequía, nos hemos dado cuenta que está en grave riesgo la agricultura comunitaria y popular que practicamos, que siempre hemos practicado sin el uso de agrotóxicos e inhibidores de lluvia. Durante las asambleas y manifestaciones que hemos llevado a cabo frente a representantes del gobierno, les hemos cuestionado ¿quién nos va a reponer nuestra cosecha, ahora qué vamos a comer, de qué vamos a vivir? ¿por qué se sigue permitiendo esto?

Las afectaciones al medio ambiente son muy graves en nuestra región y para las comunidades, estas intensas sequías han provocado que ni siquiera tengamos alimento para autoconsumo y mucho menos para vender frijol y maíz. Nos han orillado a comprar granos de importación que no sabemos las condiciones en las que fueron cosechados, además de que esto afecta nuestra soberanía alimentaria como país.

No hay inversión para el campo y eso daña gravemente a quienes nos dedicamos a trabajarlo, porque dependemos de Estados Unidos para poder comer. Somos campesinos empobrecidos, despojados de nuestros recursos naturales. Carecemos de grandes extensiones de tierra para sembrar, a diferencia de las grandes empresas transnacionales que han sido beneficiadas en Puebla, un sexenio tras otro, gracias al neoliberalismo. Pero a pesar de esto, las organizaciones seguimos trabajando en la defensa del medioambiente.

En este 2020 se han llevado a cabo manifestaciones para que se haga caso a nuestras demandas. Se han cerrado algunas vías de comunicación, como la carretera Amozoc-Puebla, así como casetas de cobro en Cantona y Payuca, donde pasa una autopista, ya que el gobierno de Puebla ha hecho caso omiso a las demandas de los campesinos que luchamos por defender la lluvia, por tener un pozo de agua potable, por sobrevivir. Hasta que no obtengamos una respuesta satisfactoria a nuestras demandas, seguiremos manifestándonos.

Solicitamos a los distintos niveles de gobierno y a las empresas que respeten el derecho humano al agua, al territorio, a la vida de nuestras comunidades. El gobierno debe supervisar el uso de las concesiones de agua, otorgar las necesarias para nuestros pueblos, además de vigilar la norma en la expedición de las Manifestaciones de Impacto Ambiental, hechas por la Secretaría de Medio Ambiente.

Sin la sobreexplotación del agua no hay automóviles, no hay carne de cerdo, no hay fresas, pero cuando lo sequen todo, tampoco habrá vida. Como han dicho nuestras compañeras en algunas de las manifestaciones “se adueñan del agua del suelo y ahora se apropian del agua del cielo”. •