Sur de Veracruz
El Coque. Daños a la salud, al medio ambiente y destrucción de la riqueza arqueológica
Jáltipan, en Veracruz, gozaba de un cielo azul, hermosos días soleados y trasparentes, contrastantes con la vegetación de intenso verde y la variedad de colores hiperpigmentados; por las noches podíamos ver las estrellas brillantes. Se contaba con una gran variedad de cultivos y todo se producía sin usar agroquímicos para obtener buenas cosechas. La fauna silvestre y doméstica era abundante y gozaba de salud; había insectos dispersos, las abejas producían suficiente miel y podíamos ver aves volar en el territorio de Jáltipan y alrededores.
Pero todo cambió cuando llegó la empresa española García Munté Energía de México, hoy ADN Energía, que comercializa combustibles sólidos y carburantes en el mercado mexicano. Desde el 7 de julio de 2013, la compañía instaló un tiradero de coque a cielo abierto sobre manantiales, que abarca un espacio de más de 25 hectáreas, afectando al municipio de Jáltipan, que cuenta con una población de más de 40 mil habitantes.
Además, al iniciar el desmonte para construir el almacén de coque, la empresa destruyó una selva milenaria con la complicidad de funcionarios públicos en los tres niveles de gobierno durante el sexenio anterior, lo cual niegan en su estudio de impacto ambiental y describen como terrenos de cultivo. Ahí permanecía oculto un sitio arqueológico con pirámides y entierros prehispánicos de dos mil años de antigüedad, pertenecientes a la cultura Olmeca, según la descripción proporcionada por el INAH a cargo del arqueólogo Alfredo Delgado Calderón, quien sabía de la destrucción del sitio. Él participó en las investigaciones y no evitó que esto sucediera. Cabe señalar que el asunto llegó a discutirse en el Congreso a través de un punto de acuerdo.
A pesar de las denuncias, el depósito de coque permanece hasta hoy, los volúmenes almacenados son grandes. Cuando sopla el viento, se liberan partículas a la atmosfera, ocasionando una intensa nube tóxica gris que permanentemente envuelve al municipio de Jáltipan y a una gran extensión de la zona. También, las partículas del coque fugitivas, generadas en la planta productora caen en las aguas del Río Coatzacoalcos, las cuales resultan nocivas y tóxicas a la flora y la fauna existente. Para entender su peligrosidad, basta decir que el coque es un producto altamente tóxico, un desecho del proceso de refinación del petróleo en la planta de Pemex, General Lázaro Cárdenas, en Minatitlán, Veracruz. Estas empresas son las principales causantes de contaminación en la región.
El coque es un sólido carbonoso, utilizado frecuentemente a manera de combustible en las caleras, cementeras, siderúrgicas, minero-metalúrgica, entre otras industrias, por el precio tan barato que representa para los dueños de esas empresas, pero con un costo muy alto para las poblaciones cercanas a donde se produce y se encuentra almacenado. Este residuo del petróleo genera gases y vapores que surgen al producirlo o al momento de ser mojado con agua, para que el coque no se volatilice.
Las partículas de la fracción respirable (PM 10 y PM 2.5) que se desprenden de la pila de almacenamiento del coque en la Refinería de Pemex en Minatitlán y en el depósito a cielo abierto en Jáltipan, pueden causar que se incremente la frecuencia de asma en las personas que habitan las comunidades cercanas y ocasionar el empeoramiento de enfermedades cardiovasculares en personas con afectaciones cardiacas, en los pulmones y bronquios, así como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La alta frecuencia de exposición a partículas de coque podría originar también enfermedades neurodegenerativas, un incremento en el riesgo de alzheimer y cáncer en los pulmones, además de que causa irritación de las membranas mucosas del aparato respiratorio y de la piel.
La lista de elementos que comprende la composición química del coque señala la presencia de níquel, vanadio, cadmio, azufre (en su forma de ácido sulfhídrico), plomo, mercurio, cromo, trazas de metales y compuestos orgánicos volátiles que son tóxicos. Algunas formas de contaminación a los seres vivos son a través de la inhalación, la ingesta y el contacto directo. El coque es incompatible con la vida y puede causar daños graves a la salud, en los factores ambientales: bióticos y abióticos.
Las cifras oficiales en los cubos dinámicos de la Secretaría de Salud, muestran fluctuaciones en los registros sobre defunciones por distintas enfermedades, que podrían atribuirse a la contaminación ambiental, tanto en Coatzacoalcos como en Jáltipan. Hemos notado que, a causa de la contaminación en la tierra, el agua y el aire, desde la llegada de la refinería y del tiradero de coque el sexenio pasado, se han agravado diversas enfermedades en la población, además de identificar daños en animales y en cultivos.
Debido a esta situación es importante garantizar la salud de las personas y los ecosistemas, por lo que es necesario prevenir, reducir y controlar la generación de residuos y las emisiones contaminantes que afectan los suelos, el agua y el aire. Es por ello que solicitamos a la Secretaría de Salud (Ssa), la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) así como al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), planear y llevar a cabo junto con las comunidades afectadas, los estudios toxicológicos y ambientales necesarios para determinar los efectos en la salud causados por la exposición al coque en las y los habitantes de nuestra región. Exigimos que se respeten nuestros derechos a vivir en un ambiente sano, así como a la salud, consagrados en la Constitución. Además, les solicitamos a las instituciones públicas competentes en la materia, que se hagan cargo en determinar la responsabilidad ambiental de las empresas y funcionarios públicos involucrados en las situaciones que nos afectan hoy, pues causan enfermedades y muerte. Si no se detiene a tiempo la contaminación, seguirá causando graves daños a las futuras generaciones, condenándonos a seguir sufriendo en este infierno ambiental sin retorno. •