Su situación empeoró con el Covid-19
La crisis ha lanzado al campo a miles que trabajan en condiciones de semiesclavitud
Jueves 22 de octubre de 2020, p. 11
En la presentación de la iniciativa Alianza Campo Justo, varias organizaciones demandaron a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) fijar un ingreso digno para este sector.
Por separado, especialistas, trabajadores y representantes de organizaciones civiles advirtieron durante un encuentro virtual convocado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, que las condiciones de los jornaleros agrícolas, lejos de mejorar han empeorado, aun más ahora con la pandemia, con mayor rudeza en mujeres indígenas.
Trabajé en el surco hasta que me empezaron a dar los dolores (de parto), yo no sabía ni qué era eso de la incapacidad
, señaló Rocío, jornalera agrícola, durante dicho foro, en el que integrantes de este grupo solicitaron al Presidente de la República incrementar su salario mínimo al menos a 300 pesos al día.
Los jornaleros (alrededor de 2.3 millones en el país, 10 por ciento mujeres) están entre los trabajadores más pobres, inclusive con ingresos inferiores al mínimo que marca la ley, y casi la mitad percibe entre uno y dos veces el minisalario; a la vez, persiste el empleo de niños y adultos mayores.
Al inicio del encuentro virtual convocado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Rocío Ramírez Domínguez, originaria de la comunidad de Tlapa, Guerrero, relató parte de su experiencia, desde que a los 12 años migró sola a Sinaloa, y ha trabajado siempre en el campo en el corte de verduras.
En tanto que, durante el lanzamiento de la iniciativa Alianza Campo Justo, en conferencia digital, Abel Barrera, director ejecutivo del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, destacó que los jornaleros, por las condiciones en las que laboran, son como un semiesclavo, no hay derechos
y día a día tienen que luchar en el surco para poder tener un ingreso fuera de su estado
.
Pese a la pandemia de Covid-19, de febrero a septiembre, alrededor de 8 mil 800 personas dejaron su comunidad para irse con sus hijos e hijas a los campos agrícolas, porque ya no hay manera de sostener a la familia en la Montaña
, y de ese total, 2 mil 300 son niños y niñas de 0 a 6 años de edad.
El ingreso que reciben las personas que se dedican a esta actividad oscila entre los 100 y 150 pesos, a pesar de que laboran día y noche y realizan un trabajo sumamente durísimo
, agregó. De esa cantidad, sólo pueden disponer de 30 o 40 por ciento, porque ya quedaron endeudados durante los días previos para comprar huevo, tortillas o medicina.