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El exoesqueleto del escarabajo acorazado, una de las estructuras más duras y resistentes del mundo biológico
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▲ El hallazgo podría ofrecer pistas para diseñar aviones y edificios más fuertes, dicen científicos.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de octubre de 2020, p. 2

Madrid. El escarabajo acorazado es un insecto formidable. Aves, lagartos y roedores intentan con frecuencia comérselo, pero rara vez lo consiguen. Si lo atropella un coche, la criatura sigue viva.

La supervivencia de este escarabajo, denominado Phloeodes diabolicus, depende de dos factores clave: su capacidad para hacerse el muerto de manera convincente y un exoesqueleto que es una de las estructuras más duras y resistentes al aplastamiento conocida en el mundo biológico.

En un artículo publicado en Nature, investigadores de la Universidad de California en Irvine (UCI) y otras instituciones revelan los componentes materiales, y sus planos a nano y microescala, que hacen que el organismo sea tan indestructible, al tiempo que demuestran cómo los ingenieros pueden beneficiarse de esos diseños.

Como un pequeño tanque

El acorazado es un escarabajo terrestre, por lo que no es liviano y rápido. Está construido más como un pequeño tanque, explicó en un comunicado el investigador principal y autor correspondiente David Kisailus, profesor de ciencia e ingeniería de materiales de la UCI.

Esa es su adaptación: no puede volar, así que simplemente se queda quieto y deja que su armadura especialmente diseñada cumpla su función hasta que el depredador se rinda.

En su hábitat desértico en el suroeste de Estados Unidos, el insecto se puede hallar bajo las rocas y en los árboles, apretado entre la corteza y el tronco.

El autor principal, Jesús Rivera, un estudiante de posgrado en el laboratorio de Kisailus, se enteró por primera vez de estos organismos en 2015 durante una visita al reconocido museo de entomología de la Universidad de California en Riverside, donde él y Kisailus trabajaban en ese momento.

Rivera recolectó los escarabajos de sitios alrededor del campus de Inland Empire y los llevó al laboratorio de Kisailus para realizar pruebas de compresión, comparando los resultados con los de otras especies nativas del sur de California.

Escudo protector sólido

Descubrieron que el escarabajo acorazado puede soportar una fuerza de aproximadamente 39 mil veces su peso corporal. Un hombre de 90 kilos tendría que aguantar el aplastante peso de 3.5 millones de kilos para igualar esta hazaña.

Al realizar una serie de evaluaciones microscópicas y espectroscópicas de alta resolución, Rivera y Kisailus descubrieron que el secreto de este insecto radica en la composición material y la arquitectura de su exoesqueleto, específicamente, sus élitros. En los escarabajos aéreos, los élitros son las hojas de las alas delanteras que se abren y cierran para proteger las alas de vuelo de las bacterias, la desecación y otras fuentes de daño. Los élitros del acorazado han evolucionado para convertirse en un escudo protector sólido.

El análisis de Kisailus y Rivera mostró que los élitros constan de capas de quitina, un material fibroso y una matriz proteica.