Los pobres y los más vulnerables son los que más han sido afectados por la pandemia de Covid-19, aseguró Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), al inaugurar la 36 Conferencia Regional para América Latina y el Caribe.

Señaló que si bien esta crisis es ante todo sanitaria, sus repercusiones han sido en todas las esferas de la vida y en particular en la seguridad alimentaria y los ingresos.

Por lo anterior, llamó a los estados partes a realizar acciones para erradicar la pobreza, que hoy afecta a la mitad de la población rural de los países de la región, pero también a tener dietas más saludables y disponibles para todos, en particular para los 62 millones de personas que antes de la pandemia se encontraban en inseguridad alimentaria grave y también a millones más que se encuentran en esta situación a causa de esta crisis.

De igual manera, llamó a evitar otra epidemia, que es la de la obesidad, que afecta a los sistemas sanitarios, las economías y el bienestar de la mitad de la población de América Latina y el Caribe.

28 millones de personas en riesgo de pobreza extrema

Dongyu refirió que en la región se han perdido más de 35 millones de empleos y Naciones Unidas considera que hasta 28 millones de personas pudieran caer en la pobreza extrema, lo que significa que también serán más propensos a sufrir inseguridad alimentaria grave.

Destacó que América Latina y el Caribe es responsable de 13 por ciento de la producción agrícola mundial. El sector agroalimentario contribuye en un 26 por ciento con as exportaciones totales y es un claro motor del crecimiento económico y creación de empleos.

Añadió que no sólo es un pilar de la seguridad alimentaria mundial, sino que también alberga biodiversidad de bosques, de agua y de suelos productivos.

Por su parte, Julio Berdegué, subdirector general y representante regional de la FAO, manifestó que tras la experiencia de las últimas décadas no podemos pensar que el crecimiento económico por sí solo resolverá este lacerante problema, por lo que este organismo propuso la iniciativa Mano de la Mano.

Aspiramos a que esta estrategia se enfoque en los países y territorios más rezagados en cuanto al hambre y pobreza, bajo la conducción de los propios países y con especial atención a las mujeres rurales, los agricultores familiares y los pueblos originarios y afrodescendientes, señaló.