Debido a la emergencia sanitaria por el Covid-19, se detuvo la detección temprana del cáncer de mama, ya que las mujeres dejaron de acudir a las clínicas de salud y disminuyó el tamizaje, reconoció Silvia Martínez Sánchez, coordinadora de programas médicos de la División de Ginecobstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En entrevista con La Jornada destacó que las pacientes con signos claros de la enfermedad o sospecha no se dejaron de atender. Recibieron la atención de sus oncólogos y de los especialistas que requieren, así como su tratamiento. Agregó que tan sólo en 2019, el instituto realizó 1.4 millones de mastografías como mecanismo de prevención y detección.

Indicó que otras de las actividades afectadas por la pandemia y las condiciones de aislamiento social fue la realización de las campañas de prevención, las cuales, dijo, se han comenzado a retomar en las entidades que mantienen un riesgo moderado (color amarillo) de contagios por el coronavirus, así como en Campeche, única entidad en color verde del semáforo epidemiológico.

De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina cada año 462 mil mujeres son diagnosticadas con esta enfermedad, que es la primera causa de muerte en México para mujeres con tumores malignos.

Se estima que en los países latinoamericanos, incluido México, los decesos a causa del cáncer de mama se elevan a 100 mil cada año, cifra que se prevé incremente a 130 mil muertes para 2030, cuando se presenten 572 mil casos anuales. En la región, alerta la OPS, 56 por ciento de los fallecimientos por este mal ocurren en mujeres menores de 65 años.

Por ello, Martínez Sánchez, enfatizó que pese a la pandemia las mujeres deben acudir a sus unidades de medicina familiar para realizar los tamizajes de prevención, con mastografías a partir de los 40 años. Pueden asistir con todas las medidas de prevención, pero es importante que acudan con el médico, porque el cáncer de mama es curable cuando se detecta a tiempo.