Lunes 12 de octubre de 2020, p. 5
Durante los últimos diez años, las corporaciones policiacas estatales y federales han reportado como robadas o extraviadas 11 mil 607 armas de fuego. Tan sólo en lo que va de 2020, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha sido notificada de 345 pistolas, rifles automáticos y semiautomáticos perdidos por estos cuerpos de seguridad.
La Guardia Nacional (GN) es la que más armas ha reportado como pérdidas durante este año, un total de 114, seguida de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, con 40, y en tercer lugar se encuentra la policía estatal de Veracruz, con 21.
Así consta en el registro que lleva la Sedena, con base en las cifras reportadas por policías estatales y federales desde enero de 2010 hasta junio de 2020.
El artículo 14 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos señala que todo extravío, robo, destrucción, aseguramiento o decomiso de armas debe hacerse del conocimiento de la Sedena; sin embargo, esta disposición no es observada en su totalidad.
Por ejemplo, en 2018, cuando se decidió que la Policía Federal (PF) desaparecería, y que sus instalaciones, equipos y armas pasarían a la GN, se dio a conocer un reporte interno donde se informaba que entre 2010 y 2017 los elementos de la extinta corporación habían perdido mil 5 armas largas y cortas.
Sin embargo, durante este mismo lapso la PF sólo reportó a la Defensa Nacional el extravío o robo de 741 armas de fuego.
Medidas extremas
La pérdida de armamento por parte de los elementos de las corporaciones policiacas ha llevado a tomar medidas extremas, por ejemplo, en 2018 la Fiscalía General de la República emitió un acuerdo en donde advirtió a elementos que si perdían o les robaban sus armas de cargo, por descuido o negligencia, deberían pagarlas, además de afrontar las medidas legales del caso.
Estos casos fueron previstos e incluso incorporados en la Ley de la Guardia Nacional, que en su artículo 56 establece sanciones disciplinarias y económicas a quien extravíe o le roben su arma de cargo, y en el 82 señala la imposición de penas de dos a seis años de prisión para estos casos.
Según los registros de la Sedena, durante la última década, el año en el que más armas le robaron a los cuerpos policiacos fue 2011, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Fue en la llamada guerra contra el narcotráfico cuando se perdieron mil 711 piezas de los arsenales estatales y federales.
En ese año la corporación que más armas perdió fue la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, con 205, seguida de su similar de Chihuahua, con 202, y en tercer sitio se ubicó la policía de la Ciudad de México, con 162.
A escala nacional, las cifras de armas perdidas por las policías estatales y federales se mantuvieron en cuatro dígitos desde 2010 hasta 2015, año en que se reportaron mil 199 casos.
En 2016 bajaron a 639, casi la mitad del año inmediato anterior.
Durante lo que va de 2020 se ha reportado a la Sedena 345 pistolas, rifles automáticos y semiautomáticos perdidos .
Según los datos oficiales, 74.49 por ciento de las armas extraviadas son cortas, en su mayoría pistolas semiautomáticas.