l Frente Nacional Anti-Amlo (Frena) representa una avanzada estratégica del segmento más radicalizado de la oposición de derechas a la 4T, lo cual resulta claro en su programa y liderazgo. Gilberto Lozano ha sido el rostro más visible de la organización. Ex directivo de FEMSA, funcionario federal con Vicente Fox y vinculado a distintas organizaciones élite en el medio empresarial, consolidó su discurso antipartidista durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando conformó el Congreso Nacional Ciudadano, antecedente de Frena.
El frente se presentó en abril pasado. Desde entonces distintas organizaciones anticomunistas, próvida y liberales
han mostrado gestos de simpatía o adhesión. Es importante decir que Frena no es una ocurrencia momentánea, sino parte de un proyecto elitista de restauración conservadora que permea en ciertos sectores dominantes.
Considerar esto resulta útil en un contexto en el cual, ante el gran apoyo popular del cual aún goza López Obrador, la caricaturización de las formas de participación política de las derechas ha sido un lugar común. Esto tampoco es extraño, dado el material polémico que han ofrecido las recientes protestas de la organización, incluidos sus desangelados campamentos en avenida Juárez o el Zócalo: casas de campaña vacías, manifestantes que se asisten de cargadores para transportar sus pertenencias, carteles en inglés con la leyenda “AMLO you are not qualified for this job”, plegarias católicas a los cuatro vientos o un ¡Lárgate López, te odio con toda mi alma, perro!
dirigido al Presidente.
Para la gran mayoría de mexicanos, Frena es considerado básicamente como una secta ultraderechista dirigida por un vehemente líder. Sin embargo, quienes forman parte de él consideran que están conformando un movimiento social que –aunque mucho más virtual que real– busca hacer frente a una imprecisa amenaza comunista
producto de una conspiración regional denominada Foro de Sao Paulo. Sus esfuerzos se han encaminado en caracterizar al gobierno actual como una dictadura
, para luego interpelar a la ciudadanía respecto a lo que consideran son implicaciones negativas del lopezobradorismo. De esa forma, Frena es presentado, en palabras del propio Lozano, como el aglutinador de una masa crítica
conformada por líderes
que han de articular a los 5 millones
de ciudadanos necesarios para derrocar la amenaza totalitaria. Es decir, es un actor primordial en la pedagogía pública de la reacción.
Para Jennifer Sandlin y otros, la pedagogía pública se define como actividades educativas y de aprendizaje que se desarrollan en espacios y discursos extra institucionales
. En este proceso pueden intervenir medios de comunicación, intelectuales, movimientos y de variada naturaleza con sus respectivas prácticas sociales. El frente ha intentado desarrollar dicha práctica pedagógica a partir de dos dimensiones: a) la apuesta por el aprendizaje en la organización social por parte de élites que nunca habían pisado las calles por una protesta y b) la difusión de un mensaje de alerta a la población en general, aunque con dedicatoria especial a sectores empresariales, religiosos y burocráticos que han visto amenazados sus intereses a la luz del gobierno de la 4T y de las fuerzas sociales que lo acompañan. La pedagogía de la reacción desarrollada por el frente busca generar capacidades organizativas en sectores dominantes, articular a otras expresiones derechistas a un programa común de resistencia al lopezobradorismo y difundir un discurso alarmista sobre la situación política en curso con el apoyo de las redes sociales y medios de comunicación locales y externos.
En gran medida, la práctica política de Frena es producto de una interpretación muy particular de los postulados de Gene Sharp, intelectual estadunidense de la guerra fría vinculado a la CIA en Harvard
(https://nonsite.org/change-agent- gene-sharps-neoliberal-nonviolence-part-one/ ).Sharp desarrolló una prolífica obra sobre los movimientos sociales no violentos y la destrucción de las dictaduras
que ha gozado de amplia aceptación en movimientos del mundo. Su libro más discutido se intitula D e la dictadura a la democracia, que ha sido tomado como un manual para la acción no-violenta por parte de movimientos en el mundo, como la utilización de banderas nacionales en manifestaciones, el desfile de vehículos, la realización de procesiones religiosas o la mofa de funcionarios, así como la búsqueda de encarcelamientos por parte de la supuesta dictadura a combatir, con el fin de minar su capacidad de respuesta, sus bases de apoyo y su aceptación en la ciudadanía.
Los métodos mencionados han sido utilizados en la estrategia del frente, a través de los cuales busca derrocar a una dictadura que simplemente no existe. Tanto así, que la propia SEP le dedicó acríticamente un programa a la obra de Gene Sharp en Aprende en Casa I, relativo a la asignatura de formación cívica y ética en secundaria.
Pese a lo inconsistente y políticamente irrelevante que ha parecido hasta hoy la intervención del frente en el espacio público, es importante dar un seguimiento puntual a su pedagogía pública. Por lo pronto, ante la movilización de días recientes, Financial Times ha mencionado que El Presidente populista de México enfrenta una reacción violenta del pueblo
, sectores próvida se han mostrado solidarios a la causa y otros abiertamente neofascistas buscan aglutinarse.
Las derechas se están moviendo ¿cómo se responderá desde la izquierda?
*Politólogo, profesor FFL-UNAM
Twitter: @MaurroJarquin