Viernes 2 de octubre de 2020, p. 9
Johannesburgo. La atleta sudafricana Caster Semenya, quien no puede participar en las competiciones en ciertas distancias por negarse a seguir un tratamiento que baje su tasa de testosterona, se plantea recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, afirmó su abogado.
Está dispuesta a seguir luchando
, aseguró Gregory Nott, precisando que un equipo de juristas está preparando el recurso.
La deportista de 29 años presenta un exceso natural de hormonas sexuales masculinas. Desde hace más de una década su caso genera controversia con la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics).
La Federación, apoyándose en datos de expertos, definió en abril de 2018 un umbral máximo de testosterona (5 nmol/l de sangre), para que las mujeres pudieran participar en las carreras entre los 400 metros y la milla. Ello incluye los 800 metros, la prueba estrella de la sudafricana.
La doble campeona olímpica perdió varios recursos. El Tribunal Supremo suizo confirmó en agosto, apelando a la equidad deportiva
, la decisión del pasado año del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), validando el reglamento de la World Athletics, en el que se define ese umbral máximo de testosterona.
Somos el caballo y ella el jockey. Es la que decide
, afirma el abogado, que la defiende desde que su caso estalló durante el Mundial de Berlín en 2009.
Fue en la capital alemana, una hora antes de la final de 800 metros, cuando Semenya conoció la noticia de que la IAAF iba a investigar sobre su género sexual. La joven, que tenía entonces 18 años, tuvo que vivir después once meses sin competición, a la espera de los resultados de la investigación.
Su causa importa mucho, no solo a Semenya, sino a otras atletas como ella
, destacó Nott.
Semenya creció como una niña y se identifica como mujer, pero la World Athletics estima que las corredoras con atributos masculinos generan un problema en lo que respecta a la equidad deportiva.
Para Nott, las decisiones de la justicia contra Semenya van en contra de la tendencia de los tiempos, en la que grupos marginados reclaman un mayor reconocimiento.
A la espera de lo que ocurra en el futuro, la sudafricana se entrena por si pudiera llegar a participar en los Juegos Olímpicos de To-kio en 2021 aplazados por la pandemia del coronavirus, donde esperaba competir en 200 metros.