Madrid. En medio de las crisis sanitaria provocada por el Covid-19, que aquí hace estragos en lo que llaman la segunda ola, el pleno del ayuntamiento de Madrid acordó, gracias a un pacto de los tres partidos de la derecha, retirar los nombres de calles, estatuas y placas alusivas a dos personajes históricos vinculados al socialismo español: Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.

Ambos también fueron referencias imprescindibles del exilio español; el primero en México, y el segundo en Francia.

En un debate áspero la derecha y la izquierda madrileñas revivieron las llamadas dos Españas (visiones opuestas del país europeo que llegaron a un punto máximo de enfrentamiento durante la Guerra Civil entre 1936 y 1939).

Todo, para justificar la moción del Partido Popular, Ciudadanos y la formación de ultraderecha Vox para retirar los símbolos en honor a Prieto y Largo Caballero. Estos partidos apelaron a la Ley de Memoria Histórica, aprobada y reformada por los gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) y Pedro Sánchez, en el poder desde hace dos años.

El asambleísta de Vox Javier Ortega Smith, ex militar vinculado a formaciones filofascistas, también invocó la resolución del Parlamento Europeo de condena a los regímenes totalitarios y a sus representantes, y aseveró: No es revisionismo, es acabar con la mentira histórica.

La medida siguió a la retirada en los últimos años de símbolos de la dictadura fascista de Francisco Franco (1939-1975), que tuvo entre sus actos más llamativos la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos para ser enterrado en un cementerio civil, a fin de convertir ese lugar en un monumento a la reconciliación y la concordia.

Los personajes atacados por la derecha fueron cruciales durante el gobierno de la segunda República, y la resistencia del exilio español que dejó la Guerra Civil. Prieto, quien fue ministro en varias carteras del gobierno, murió en la ciudad México en 1962. Largo Caballero fue sindicalista y ocupó los cargos de ministro del Trabajo y presidente del Consejo de Ministros durante el conflicto. Murió en Francia, también exiliado, en 1946, después de pasar un tiempo en un campo de concentración nazi.