La crisis del Covid-19 ha dado una muestra al mundo de lo poco preparados que están los países ante eventos de escala global, que son previsibles en el escenario de cambio climático que se vive, señala el borrador del Programa institucional 2020-2024 del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).

Indica que los impactos de calentamiento global que se pueden vislumbrar no serán homogéneos ni en términos geográficos ni en términos socioeconómicos y serán el telón de fondo que deberá considerarse para una recuperación sostenible que permita retomar el camino de los beneficios económicos del desarrollo, de las actividades productivas y de un medio ambiente adecuado.

Refiere que en el país hay evidencia que permite asegurar que el cambio climático ha tenido impactos, como el que las temperaturas promedio registradas en los pasados 50 años han cambiado; el número de días cálidos ha aumentado y los días gélidos extremos y las heladas han disminuido.

Agrega que los escenarios de cambio climático para el periodo 2015 a 2039 proyectan temperaturas anuales mayores hasta en 2 grados centígrados en el norte del país, y entre 1 y 1.5 por ciento más en la mayoría del territorio.

En un escenario de aumento de la temperatura media en un grado centígrado, se estima que podría reducirse el crecimiento del PIB per cápita nacional entre 0.77 y 1.76 por ciento, y se proyecta que el número de casos de enfermedades por golpe de calor aumentaría 47 por ciento, mientras las enfermedades gastrointestinales o transmitidas por vector podrían elevarse 18 y 44 por ciento, respectivamente.

El borrador que se encuentra en consulta en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria indica que se han observado cambios en la distribución de las lluvias en el territorio nacional y, según las proyecciones, podrán presentarse disminuciones de entre 10 y 20 por ciento en los próxi-mos años.

Agrega que, según la Comisión Nacional del Agua, la disponibilidad del líquido pasará de 11 mil 500 metros cúbicos al año por habitante a 3 mil 500 en 2025 y en zonas urbanas como la Ciudad de México la situación de escasez se agravará.