Martes 29 de septiembre de 2020, p. 29
En los pasados 48 años sólo han gobernado 53 mujeres frente a 269 hombres en la Ciudad de México, reveló el Instituto Electoral (IECM) capitalino.
Ayer fue presentado el libro Mujeres que han gobernado la CDMX, que contiene estadísticas sobre los espacios políticos que han ganado las personas del sexo femenino desde 1976, cuando empezó la designación de mujeres a puestos de gobierno.
El documento refiere que la alcaldía Magdalena Contreras es la que menos porcentaje de mujeres gobernantes ha tenido, con 3 por ciento, en comparación con Venustiano Carranza, con 33 por ciento.
Pese a la aplicación de los principios de paridad de género, se reconoce que la presencia femenina en puestos de gobierno es mínima, pues falta la voluntad y el apoyo de hombres que se asumen comprometidos con la igualdad de género.
La cantidad de mujeres gobernantes ha disminuido en el reciente lustro, y si bien el principio de la paridad ha resultado ser una herramienta efectiva que ha posibilitado que la cifra de mujeres haya crecido porcentualmente en el Congreso de la Ciudad de México, y que ahora haya concejalas, el incremento de la presencia femenina en las alcaldías representa un reto
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Reflexión necesaria
Abundó que la capital del país se caracteriza por ser una de las entidades federativas que no han tenido crecimiento en el nivel municipal de gobierno, por lo cual, indicó, es necesario investigar y reflexionar sobre las dinámicas dentro de los partidos políticos que no están facilitando que las mujeres sean postuladas en espacios con posibilidades de triunfo, pues impera una hegemonía masculina.
Asimismo, las autoridades electorales podrían, a partir de su experiencia, proponer mecanismos alternos a los bloques de competitividad que ayuden a incrementar la presencia de las mujeres como gobernantes de lo local, a fin de superar el déficit de su representación.
“Sería deseable que en un futuro cercano la lista de feministas al frente de los gobiernos se incremente y también se sumen hombres comprometidos, porque este tema no sólo concierne a las mujeres –sobre ellas no debe caer el peso de este rezago democrático–, y quienes gobiernen promuevan buenas prácticas de género.”