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No hay película fácil; se deben librar varias luchas y enfrentar retos, afirman cineastas

Realizadores postulados al Ariel a mejor largometraje documental conversan acerca de sus trabajos

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▲ Fotogramas de El guardián de la memoria, de Marcela Arteaga, historia de familias que escapan de la violencia en Chihuahua, y de Oblatos, el vuelo que surcó la noche, de Acelo Ruiz, referente a la liga 23 de Septiembre.
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de septiembre de 2020, p. 6

Narrar historias desconocidas y desenterradas a través de audiovisuales puede llegar a ser una odisea que abarque años, diversas luchas y complejos retos.

Así lo explicaron los realizadores Marcela Arteaga, Nuria Ibáñez, Diego Enrique Osorno, Acelo Ruiz y Luke Lorentzen durante el ciclo Conversando con los nominados al Ariel 2020, en la categoría mejor largometraje documental, cuyo ganador será develado el 27 de septiembre en una ceremonia virtual.

Aprendimos que en tiempos de guerra, la memoria es resistencia, expresó Marcela Arteaga al referirse a su película El guardián de la memoria; mientras Nuria Ibáñez sostuvo que la realización de su cinta Una corriente salvaje fue un acto de fe, porque me aferré a un lugar, un paisaje y al vaivén de personajes nómadas que viven en tránsito constante.

Agregó: Retrata la relación de dos hombres que viven solos en una playa desierta en Baja California; es una película intimista sobre lo masculino y femenino, donde se diluye esa difusa línea que existe entre ambos géneros.

Incluso se reflejan temas universales, como la soledad, la pérdida y la necesidad de compañía, en un lugar poco retratado, lleno de contradicciones y muy potente visualmente dentro de México. Este espacio fue el arranque y después llegaron los personajes, puntualizó la directora.

Al retomar la palabra, Arteaga destacó: Mi documental es una historia sobre familias residentes de Chihuahua que tuvieron que huir debido a la violencia desatada por Felipe Calderón. El lugar que les quedó más cercano para escapar fue Estados Unidos, donde conocieron a un abogado fantástico. En realidad, la cinta es una revisión de esos años y de lo que continúa sucediendo en este país.

Increíble y trágico mundo

El filme de Luke Lorentzen, Familia de medianoche, refiere la historia de los Ochoa, que tienen una ambulancia privada en la Ciudad de México, donde existen menos de 45 vehículos públicos de este tipo para una población de nueve millones de habitantes.

En el documental devela cómo es ganarse la vida con una ambulancia y muchas preguntas éticas que la familia se plantea cada noche. Conocí a sus integrantes frente de donde vivía a finales de 2015; me invitaron a subir y compartir una noche de trabajo, así descubrí el mundo increíble y trágico de cómo es el sistema de salud.

Acelo Ruiz habló sobre Oblatos, el vuelo que surcó la noche. Señaló: Es una historia que se centra en seis militantes de la liga comunista 23 de Septiembre, que a mitad de los años 70 fueron encerrados debido a la persecución política que hace el Estado mexicano contra los movimientos sociales armados y no armados.

Ellos están en una situación muy terrible de represión y condenados a muchos años de prisión, pero se atreven a desafiar al poder y hacen un plan de fuga. Es una historia fascinante. No quise hablar desde los derrotados, las víctimas o torturas, sino a partir de un acto exitoso de unos militantes comunistas.

Diego Enrique Osorno contó que la cinta Vaquero de mediodía es la historia de Samuel Noyola, joven de Monterrey que tiene una vida muy peculiar, la cual lo marcó de muchas formas. A los 15 años viajó a Nicaragua a defender a la revolución sandinista que había triunfado un año antes.

En ese país, además de defender la revolución sandinista, halló la poesía y en México comenzó a escribir y a explorar la vena poética que descubrió.

En la charla, los documentalistas hablaron sobre las dificultades, búsquedas de financiamientos, pero también de los gozos y satisfacciones en el proceso creativo, de investigación y de filmación.

No hay película fácil, debes de tener varias luchas; en mi caso ésta era una historia enterrada 40 años antes de filmarla, sin tener nada de archivos y pocos elementos visuales; esto fue un reto importante porque valía la pena contar la historia, puntualizó Acelo Ruiz.