¿Ser pescador? Los jóvenes en el relevo generacional de la pesca
Las y los jóvenes representan una cuarta parte de la población en México. Sin embargo, ser joven en este país es todo un desafío, sobre todo para quienes laboran en actividades económicas con alto grado de vulnerabilidad y marginación como la pesca.
En las comunidades costeras rurales, las personas jóvenes crecen por lo general sin servicios dignos de salud, educación y alimento, con limitado acceso a las tecnologías de la información y comunicación y empleos en trabajos precarios que no les ofrecen condiciones equitativas ni satisfactorias. Esto, además de atentar contra sus derechos humanos fundamentales, tiene implicaciones coyunturales en la formación de su identidad y los sitúa en una desventaja competitiva respecto al resto de las y los jóvenes del país.
La pesca es un oficio de alto riesgo que se ha enseñado básicamente de padres a hijos e hijas durante generaciones. Las niños y niñas se introducen en este mundo empíricamente, ayudando a sus padres a limpiar el producto y las embarcaciones, y preparando las artes de pesca. Conforme van creciendo, se van incorporando en los diferentes eslabones de la cadena productiva, como la venta y extracción del recurso.
Las pesquerías han sido fuente de alimento y de sustento económico para varias generaciones de pescadores. No obstante, la juventud vinculada con esta actividad está siendo adoctrinada con el discurso “estudia para ser mejor que tus padres, para no ser pescador o pescadora”. Al sugerir a la juventud actual no cultivar el oficio porque “eso ya no te da para vivir”, se ha demeritado simbólicamente el oficio.
Pescadores por carecer de opciones laborales
Aunque las y los jóvenes de comunidades pesqueras que actualmente tienen entre 15 y 29 años de edad han tenido una mejor calidad de vida que la de sus padres y abuelos –mayores oportunidades educativas y tecnológicas–, las condiciones para insertarse al mercado laboral no han sido las deseables.
En este contexto, las y los jóvenes terminan involucrándose en la pesca, frustrados de que el enorme esfuerzo invertido en sus estudios y el empeño de sus padres para brindarles oportunidades de educación terminen en el desempleo. Además, en la mayoría de los casos, tampoco pueden insertarse en el gremio pesquero, pues las condiciones que enfrentan son desfavorables en relación con las que tuvieron sus padres, hay menos recursos pesqueros y más pescadores, el mar padece un deterioro ambiental debido a las prácticas antropogénicas y su dinámica se está modificando por el cambio climático.
Las y los jóvenes pertenecientes a familias y comunidades que se han dedicado a la pesca, buscan insertarse en un sistema que no está preparado para recibirlos. Muchos se ven obligados a realizar la pesca informal al no poder obtener una matrícula de pesca o integrarse a alguna cooperativa debido a su “inexperiencia” en la actividad y se lanzan a ejercer el oficio con métodos de captura en los que los riesgos son aún mayores. Por ejemplo, la pesca con buceo, que la realizan sin ningún tipo de capacitación formal poniendo en riesgo su salud e incluso la propia vida.
Jóvenes, agentes del cambio social
Para que en las pesquerías el relevo generacional deje de ser una preocupación, se debe empezar a visibilizar a las y los jóvenes que están inmersos en el sector pesquero, conocer su contexto, sus dinámicas, aspiraciones, motivaciones y brindarles las herramientas necesarias para fortalecer sus capacidades y habilidades, además de abrirles espacios para ser escuchados y considerados. Hay que incluirlos en las agendas políticas, generar políticas públicas enfocadas en las y los jóvenes en este contexto e involucrarlos en la toma de decisiones de la actividad pesquera.
Las y los jóvenes son agentes fundamentales del cambio social y del futuro de la pesca. Se deben gestionar iniciativas para hacer un uso responsable de los recursos pesqueros tomando en cuenta sus ideas innovadoras en el contexto de digitalización e innovación tecnológica. Hay que fomentar iniciativas que los involucren, sin olvidar la conexión y la colaboración entre personas del sector de diferentes generaciones para la transferencia de conocimientos en favor de la pesca responsable.
La trascendencia del momento que vivimos en la pesca se sintetiza en las palabras de un amigo pescador: “estamos a tiempo de preparar a la nueva generación de pescadoras y pescadores, regresar la dignidad de esta actividad milenaria, y con una visión de sostenibilidad.” •