Bogotá. La Corte Suprema de Colombia transfirió a la fiscalía las investigaciones contra el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) por sus presuntos vínculos con paramilitares que cometieron matanzas y asesinaron a un defensor de derechos humanos en los años 90.

El alto tribunal explicó antier que perdió competencia para investigar a Uribe, en prisión domiciliaria desde el 5 de agosto, luego de su renuncia al Congreso, y remitió el proceso a la fiscalía.

Los ex presidentes colombianos sólo pueden ser investigados por el Congreso, pero Uribe, de 68 años, estaba bajo la jurisdicción del máximo tribunal por ser legislador.

Uribe es investigado por su presunta responsabilidad en las matanzas de San Roque e Ituango (1996-97) y en el asesinato del defensor de derechos humanos Jesús María Valle, en 1998, por fuerzas paramilitares, cuyas operaciones denunció el activista.

Todos estos crímenes, que tuvieron lugar cuando Uribe era gobernador del departamento de Antioquia (1995-997), estuvieron en manos de la Corte Suprema desde 2014, cuando el ex presidente asumió el cargo de senador del Centro Democrático aunque, tras renunciar el 18 de agosto con motivo de las investigaciones en su contra, las investigaciones vuelven a la Fiscalía.

Hace unos días, el periódico colombiano El Espectador publicó una entrevista con el hermano de Valle, Darío Valle Jaramillo, en la cual se mostró muy decepcionado con que este caso pase a la Fiscalía, ya que Francisco Barbosa es el fiscal de bolsillo del gobierno y fue cercano colaborador de Uribe.

En tanto, Rodrigo Londoño, jefe de las desarticuladas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), admitió antier que llegó a odiar a la organización con la que combatió por 40 años, debido a las atrocidades que cometieron los rebeldes en su largo conflicto con el Estado.

También conocido como Timochenko, reiteró el mensaje de perdón y arrepentimiento que el ahora partido político FARC difundió el lunes y admitió que sus hombres secuestraron, reclutaron a la fuerza y obligaron a algunas mujeres a abortar.

La que fuera la organización insurgente más poderosa de América expresó antier su arrepentimiento por el dolor que infligió a miles de personas que secuestró, en el mensaje más contundente de perdón desde el acuerdo de paz en 2016.

La colombiana-francesa Ingrid Betancourt, quien estuvo secuestrada seis años por las FARC en la selva, valoró ayer el perdón público de los jefes de esa ex guerrilla, y destacó que por primera vez sintió a seres humanos con empatía y dolor.