Los signos y los rituales afirman la identidad. Más cuando éstos se manifiestan frente a un crisol abundante de culturas diferentes. Manny Robles, entrenador de boxeo detrás del éxito efímero del ex campeón Andy Ruiz, reflexiona sobre esta idea. Para un mexicano en Estados Unidos, los símbolos y sus prácticas les dan una presencia poderosa frente a la diversidad, algunas veces hostil.

El boxeo es parte de la expresión cultural de lo mexicano en aquel país, explica Manny. Las dos fiestas que hacen visible la presencia nacional, y también latina, son el 5 de mayo y el 15 de septiembre. Los festejos patrios suelen celebrarse con funciones espectaculares en el cuadrilátero, ya sea en Los Ángeles o Las Vegas, entre otras ciudades con fuerte presencia de la comunidad tricolor.

Hoy todo lució muy triste, lamenta Manny desde Connecticut, donde se encuentra aislado en una burbuja previo a una pelea a puerta cerrada entre su boxeador, el ex olímpico Terrell Gausha, y Erickson Lublin.

Para los que nos dedicamos al boxeo fue terrible, agrega Manny, porque esas fechas son de trabajo importante, con compromisos fuertes y mucha promoción. No sólo para los mexicanos, pues in-cluso peleadores de otras nacionalidades han aprovechado las fechas. Pero ahí se ve nuestra presencia. Hoy fue como si no existiéramos.

La pandemia impidió las grandes celebraciones mexicanas en Estados Unidos y el boxeo apenas empieza a cobrar forma. Sin público y con pocos carteles, el negocio trascurre lento y con menos recompensas económicas. No hubo función estelar por las fiestas patrias. No hubo festejos, en resumen.

Golpazo del Covid-19

Manny y su equipo en el gimnasio de Los Ángeles, California, pasaron por momentos críticos. El Covid-19 se coló y terminó por contagiar a todos. Entrenadores, manopleros, boxeadores, todos adquirieron el virus.

Yo la pasé mal, relata Manny; no necesité hospitalización, pero estuve varios días muy enfermo, con fiebre y muchos malestares. Los muchachos también dieron positivo. Todos nos contagiamos.

Esa experiencia les modifica el ánimo en estos momentos difíciles para el boxeo. Pocas ofertas para pelear, sueldos disminuidos ante el encarecimiento de las producciones y las reticencias de patrocinadores y televisoras.

Manny, sin embargo, aconseja a su equipo. Después de vivir la experiencia del Covid, les pide paciencia y les recuerda que ésta es el valor más apreciado en el oficio de los golpes. Aprovechar las oportunidades que surjan, aun cuando los pagos serán menores a lo que acostumbraban recibir. La otra opción es el desempleo.

Les recuerdo el caso de Vasyl Lomachenko, cuenta Manny; el peleador cedió parte de su sueldo a su rival, con tal de que se diera la contienda. Sólo para que aceptara. Demuestra que a veces hay razones más valiosas que el interés económico. Eso los inspira. Y pues tenemos que ser pacientes, todo el mundo debe serlo en estos tiempos.