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Sector industrial: dos noticias // T-MEC, ¿tabla de salvación?

E

n el sector industrial del país se reportan dos noticias: la buena, que en julio pasado el incremento en su producción fue de 6.9 por ciento; la mala, que en el registro anual la caída es de 11.6 por ciento, El primer indicador resulta alentador, pero muy lejos está de reflejar el inicio de una recuperación sostenida, aunque cierto es que si ese dato se compara con el desplome anual reportado en abril (-30 por ciento), pues entonces podría pensarse que la drástica situación sectorial observa cierta mejoría, por llamarle así.

La permanente caída en el sector industrial mexicano comenzó en julio de 2018, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, y a partir de ahí la merma ha sido permanente, algo que profundizó el brutal efecto de la pandemia. Los barones de la industria simplemente esperaron que el gobierno aplicara la fórmula de siempre, es decir, que los rescatara –deuda pública de por medio– para que ellos evitaran el uso de recursos propios. Pero se quedaron con las ganas.

En julio pasado, de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los mejores resultados se registraron en la industria manufacturera (11 por ciento de crecimiento), con la generación de electricidad, gas y agua en segunda posición (5.5 por ciento positivo), mientras la minería y la construcción avanzaron lentamente, pero avanzaron (0.8 y 0.9 por ciento en cada caso).

Al respecto, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico –de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes– advierte que la caída sostenida en dicho sector implica una afectación estructural en la capacidad industrial de México, algo que sólo se revertirá con nuevas inversiones alineadas a las áreas estratégicas que no sólo vean en el corto plazo.

Ante la magnitud de la recesión, otros gobiernos y las empresas trasnacionales han comenzado a reconfigurar sus estrategias; México aún no lo hace. En el contexto nacional e internacional ya se ha puesto en marcha un cambio estructural industrial. La inversión extranjera directa seguirá sus propias directrices. La inversión extranjera representa 3 por ciento del PIB, algo positivo, pero insuficiente. La inversión privada nacional representa 15 puntos del PIB, y la pública que se ha propuesto para 2021 se encuentra focalizada en tres grandes proyectos que tendrán impacto regional en el corto plazo.

Sin lugar a duda, la recesión industrial prexistente a la aparición del Covid-19, que ya requería una estrategia de reactivación desde 2019, se exacerbó con la aparición del problema de salud pública y con las implicaciones que ello tuvo sobre las manufacturas globales: hasta julio, los ciclos y tendencias de los principales componentes de la industria tienen tendencia negativa. En ese contexto, el único mecanismo que puede asegurar una reactivación de la industria mexicana es la implementación de un programa integral de desarrollo industrial; los cambios que ocurren a escala mundial y los que ya se pueden vislumbrar no se podrán enfrentar con medidas aisladas o que sólo atiendan la urgencia de flujos que las empresas mexicanas tienen en la coyuntura.

La magnitud de la crisis global implica una reconstrucción de los planes de producción global en industrias como la automotriz, aeronáutica, maquinaria y equipo, equipo eléctrico, electrónico y de cómputo. De igual forma en el sector de la construcción. Habrá ajustes a la baja en varios de ellos, por la depresión del mercado laboral y se privilegiará la parte tecnológica.

En Estados Unidos continuará el proteccionismo, sin grandes diferencias entre la relección de Trump o la llegada de Biden a la Casa Blanca. Así, México debe prepararse para una estricta aplicación del T-MEC, aunque sin una política industrial poco factible será el aprovechamiento de las ventajas de contenido regional que se acordaron.

Las rebanadas del pastel

No ayuda mucho, pero va un fuerte y solidario abrazo, con reconocimiento pleno a los las y los médicos, enfermeros y demás personal del sector salud que cotidianamente dejan el alma para salvar vidas.