Buenos Aires. No vale cualquier cosa a la hora de reclamar, dijo ayer el presidente Alberto Fernández al pedir que deponga su actitud un centenar de policías que armados y con varias patrullas rodearon la residencia presidencial de Olivos, transformando la rebelión de un sector policial de la provincia de Buenos Aires que exige un aumento salarial, en una acción extorsiva e ilegal, después de que en la madrugada un hombre arrojó una bomba molotov que se estrelló en una de las paredes de la residencia.

Después de un día muy tenso, rodeado por el gobernador y la vicegobernadora bonaerense Axel Kicillof y Verónica Magario, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, intendentes oficialistas y de la oposición de Juntos por el Cambio, el mandatario anunció la creación de un fondo para la provincia de Buenos Aires, disponiendo de uno de los dos puntos de coparticipación que se había cedido a la capital federal, la más rica del país.

Mientras todo el arco opositor repudió la presencia policial alrededor de residencia presidencial, el ex mandatario Mauricio Macri guardó silencio junto con su equipo más duro, entre ellos la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich y la diputada Elisa Carrió.

Quedó en evidencia anoche que ese círculo rojo, como le llama el periodismo aquí, alentó a los policías más radicalizados, manteniendo comunicación con algunos que no estaban dispuestos a negociar y que agregaron otros puntos a la demanda afectando al tema salarial. A su protesta se sumaron policías de unas cinco provincias.

Los dirigentes de la Unión Cívica Radical, aliada a Macri, que también apoyaron la rebelión policial, rechazaron después la acción de los uniformados. Anoche llegó el mensaje del jefe de gobierno de esta capital, Horacio Rodríguez Larreta, considerando inadmisible la conducta policial.

El grupo de policías, que anoche ya no estaba frente a la residencial presidencial, pero mantenía presencia en otros puntos, terminó siendo instrumentado por miembros de esa institución despedidos, y que movilizaron a policías jóvenes que se incorporaron recientemente, con la complicidad de los medios masivos aliados a Macri y responsables de una campaña desestabilizadora contra el gobierno.

La protesta policial comenzó después de que Kicillof anunció que daría a conocer un Plan Integral de Seguridad y un aumento que oscilaba en 30 por ciento en los salarios devaluados en los cuatro años de gobierno de la macrista María Eugenia Vidal, a quien nunca hicieron un reclamo de este tipo.