Londres. Las pruebas para el nuevo coronavirus podrían estar detectando células virales muertas, lo que llevaría a sobrestimaciones en el diagnóstico de las infecciones, sugiere un estudio hecho por el Centro de Medicina Basada en la Evidencia de las universidades de Oxford y la del Oeste de Inglaterra.

La principal prueba usada para diagnosticar al virus en Reino Unido es tan sensible que puede sugerir que las personas tienen el virus cuando, de hecho, sus cuerpos ya lo vencieron, apunta la investigación.

Eso podría significar que se pide a algunos británicos autoaislarse pese a que ya no son infecciosos. También podría representar que áreas enteras de hospitales se bloquean debido a números exagerados de casos confirmados. Si se demuestra que es correcta, la teoría, también explicaría, en parte, por qué los casos parecen estar aumentando en Reino Unido, mientras las hospitalizaciones disminuyen.

Los investigadores reunieron su evidencia al observar 25 estudios sobre la prueba de reacción en cadena de la polimerasa, la más utilizada. Los resultados mostraron que debido a que tales pruebas sólo ofrecen un sí o un no, pueden sugerir que alguien está infectado cuando el sistema inmunológico de su cuerpo ya enliminó el virus.

La pandemia dejó hasta ayer 876 mil 563 muertos, 26 millones 720 mil 815 casos positivos y 17 millones 782 mil 838 recuperados en el mundo, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.

Los países más afectados son Estados Unidos, con 188 mil 496 defunciones y 6 millones 232 mil 889 contagios; Brasil, con 125 mil 521fallecidos y 4 millones 91 mil 801 enfermos, e India, con 69 mil 561 decesos y 4 millones 23 mil 179 contagiados, según el reporte de la universidad.

En América Latina y el Caribe, donde está el foco mundial de la pandemia, se reportaron hasta ayer 287 mil 711 fallecidos y 7 millones 704 mil 484 contagios, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias internacionales Afp, mientras que para Europa contabilizó 217 mil 802 muertos y 4 millones 143 mil 485 infectados.

En Roma, un millar de personas protestaron contra la obligación gubernamental de vacunar a los niños en edad escolar o de usar cubrebocas en plena pandemia de coronavirus.

No a la obligación de vacunar, sí a la libertad de elección, No a las mascarillas en las escuelas, no al distanciamiento, La libertad personal es inviolable y Viva la libertad, fueron algunas de las consignas en pancartas que portaban los inconformes, que en su mayoría no utilizaba cubrebocas.

El premier italiano, Giuseppe Conte, expresó su postura días atrás ante este tipo de concentraciones: más de 274 mil enfermos y 35 mil muertos. Punto final. Manifestó su esperanza de que el otoño no lleve a un nuevo confinamiento general en Italia y sólo se apliquen intervenciones puntuales donde los contagios Covid-19 resurjan.

Desde Berlín, la canciller de Alemania, Angela Merkel, elogió el papel de las autoridades sanitarias en la lucha contra la enfermedad y aseguró que el trabajo que han realizado permite que el país no llegue a niveles tan elevados de contagios como en otras naciones.

En este contexto, el presidente de la farmacéutica Sanofi para Francia, Olivier Bogillot, aseguró que su vacuna contra el virus para Europa costará menos de 10 euros.