Su carga, siempre superior a la de los hombres
Ellas producen alimentos sanos y resguardan las semillas nativas, afirma la funcionaria Lina Pohl
triple discriminación por ser indígenas, mujeres y pobres, circunstancias que se han profundizado con el Covid-19, asegura Lina Pohl a propósito del Día Internacional de las Mujeres Indígenas. En la foto de la izquierda, rezos durante la inauguración de una escuela en San Juan Chamula, Chiapas. A la derecha, artesanas en el Zócalo de la Ciudad de México.Foto Víctor Camacho y Luis Castillo
Sábado 5 de septiembre de 2020, p. 15
Las mujeres indígenas son aliadas clave en la lucha contra el hambre, y contra la gran epidemia que tiene México de obesidad y sobrepeso: la de la malnutrición, porque son productoras de alimentos sanos y guardianas de las semillas nativas. Además, son defensoras de los recursos naturales, de las tierras y los territorios
, aseguró Lina Pohl, representante en el país de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En el contexto del Día Internacional de las Mujeres Indígenas, que se conmemora hoy, añadió que, no obstante sus aportaciones, se enfrentan a una “triple discriminación por ser indígenas, mujeres y pobres, y todas estas circunstancias se han profundizado a causa del Covid-19, que si bien no ha afectado en la misma magnitud a las zonas rurales, sí incidirá en un incremento de la pobreza en esas zonas.
El 64.7 por ciento de las mujeres indígenas de 12 años o más realizan actividades no remuneradas, y de cada 100 personas en hogares indígenas que preparan o sirven alimentos para su familia, 78 por ciento son mujeres. Siempre tienen una carga superior a la que tienen los hombres
. Señaló que la situación de las jornaleras agrícolas, es aún más grave
. Precisó que se estima que 60 por ciento de estas trabajadoras del campo son indígenas y realizan migraciones internas desde los estados expulsores en la zona sur-sureste hacia Jalisco y lazona norte del país.
Estamos elaborando un proyecto conjunto, solicitado por el gobierno de México, en donde evidenciamos que para finales de 2018 sólo 3 por ciento de las jornaleras agrícolas contaban con contratos.
Expuso a La Jornada que el mayor impacto que tendrá la pandemia será en el tema del hambre. No tanto en términos de salud
para las mujeres indígenas, pero dijo que en general para toda América Latina y el Caribe.
“Veníamos mal, cuando llega la pandemia. Desde 2000 se venía haciendo un trabajo muy importante para la erradicación del hambre, pero desde 2015 empezamos a retroceder y la curva que venía bajando la veíamos subir. Las proyecciones empezaron a ser negativas. Así nos encontró la pandemia. Para 2019, había 48 millones de personas con hambre y de acuerdo con el último informe de la FAO, para 2030, cuando deberíamos tener hambre cero, vamos a tener 67 millones con hambre. Esto era antes de la pandemia, con esta crisis se prevé un aumento de casi 100 millones en América Latina y el Caribe. El pronóstico es que una de cada cuatro personas que vive en zonas rurales, y que son pobres, sobre todo población indígena y mujeres, va a padecer hambre después de la pandemia
.