En promedio, para limpiar de hierba una héctárea de cultivode forma manual, se requieren alrededor de 15 personas en un día, o sea 15 jornales, expuso José Toledo Martínez, presidente de la agrupación Ingenieros Agrónomos Parasitólogos (IAP), quien consideró que no sólo no sería rentable la producción en esas condiciones, sino también peligrosa.

En entrevista con La Jornada, consideró que si hay apertura al diálogo por parte de la nueva titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores, están dispuestos a aportar las evidencias sobre el uso del glifosato, agroquímico cuyo uso será restringido por parte del gobierno, de manera gradual hasta su prohibición total en 2024.

Añadió que buscan hablar con todas las dependencias involucradas en el asunto, es decir también con las secretarías de Agricultura (Sader) y de Salud (Ssa), a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Tras la salida del gabinete de Víctor Manuel Toledo, ex titular de la Semarnat, la propuesta de retiro del glifosato siguió vigente, y de ello está consciente la IAP, no obstante subrayó la necesidad de valorar la determinación.

Para algunos cultivos que se siembran en superficies pequeñas y son cultivos de alto margen o ingreso, sí es posible utilizar otras medidas que son más laboriosas y costosas, como el deshierbe manual o mecánico, pero en algunos cultivos extensivos como el algodón, maíz y caña de azúcar es difícil controlar manualmente las malezas porque saldría muy costoso, y ya no sería rentable traer un ejército de gente para limpiar.

Destacó que además de que se debe tener cuidado de no lastimar el cultivo, señaló que la labor en zonas con climas calurosos y húmedos es más complicada.

En las zonas tropicales y húmedas las hierbas son más problema; por ejemplo en el sureste, en Tabasco, Veracruz, Chiapas y Oaxaca. Andar dentro del cultivo a una temperatura de 38 a 40 grados, no cualquiera se anima, además hay peligros, porque donde la hierba crece alta, meterse a caminar y metiendo la mano, pues es posible encontrar culebras.

En cuanto a las existencias del herbicida en el país, lamentó que desde noviembre pasado la Semarnat tomara la decisión de no autorizar permisos de importación y todavía no se han renovado los permisos para importar glifosato, y en tal sentido confían en poder incidir con la nueva titular de la Semarnat.

Alertó que hay una cantidad limitada de producto. Desde el año pasado no se ha permitido la importación, pero siempre queda producto en el canal de distribución y en almacenes, y ése es el producto que se ha estado utilizando.

Sin embargo, consideró que podrían acabarse pronto las reservas. Ahora es el máximo uso de herbicidas, porque estamos en temporada de lluvias, así que lo probable es que se agote, y los precios tiendan a subir por el incremento de la demanda y poco producto; ése es el riesgo.

Insistió en que si el glifosato se utiliza conforme a lo que indican las etiquetas no habría riesgo. Todo tiene algún riesgo, y es el caso de plaguicidas y herbicidas, como el glifosato si no usamos los productos conforme está la etiqueta autorizada.