lonso Ancira –cabeza visible de Altos Hornos de México y principal beneficiario de la ilegal compraventa de Agronitrogenados– mueve cielo, mar y tierra para zafarse, una vez más, de la justicia mexicana y así poder regresar, sin consecuencia penal alguna, a su imperio coahuilense. Hasta ahora, con todos los cochupos habidos y por haber, ha logrado un amparo contra la orden de aprehensión emitida en su contra hace más de un año, que motivó su aprehensión en España. Pero falta camino por recorrer.

Alguna de las componendas del empresario gánster y su pandilla llegó a oídos del Presidente de la República, porque en la mañanera de ayer Andrés Manuel López Obrador advirtió que si un juez dice que sin reparar el daño queda en libertad el señor Ancira, yo desde aquí voy a pedir una investigación al juez. No es amenaza ni advertencia, es que no puedo ser encubridor, como ningún ciudadano debemos ser encubridores, cómplices, todos tenemos que ayudar a limpiar de corrupción al país.

Si el magnate y su pandilla quieren un arreglo, dice el mandatario, pues que devuelvan lo que indebidamente se sustrajo de la hacienda pública (alrededor de 200 millones de dólares), que es dinero de todos los mexicanos, y creo que con eso tendrían más posibilidades de resolver sus asuntos; pero si ellos están en lo mismo y pensando que con boletines y con amigos que tienen en los medios van a conseguir no reparar el daño, pues están en un error.Yo ni debería estar dando estos consejos, o sea, como lo hacen los abogados, toda consulta causa honorarios, pero es que a lo mejor los están malinformando o piensan que es el tiempo de antes, así nos ha tocado.

Para nadie es secreto la forma de operar de no pocos jueces, quienes a cambio de favores (en forma de billetes y para procurar justicia) rápidamente se transforman en magos que desaparecen delitos, cancelan órdenes de aprehensión, congelan investigaciones, dan carpetazos y conexos para exonerar y liberar a todo tipo de delincuentes, siempre que éstos tengan el elemento necesario (póngale el precio que considere).

Ancira, un empresario que de la nada surgió en el salinismo y se quedó, por precio irrisorio (inferior al chanchullo de Agronitrogenados), con Altos Hornos de México y otras 11 paraestatales privatizadas por el innombrable, tiene experiencia en todo esto: en el arranque del nuevo siglo, durante el sexenio de Vicente Fox, le dieron el pitazo, hizo maletas, huyó del país y se refugió en Israel (en donde hizo negocios con el gobierno de aquella nación, ergo, contó con la protección oficial), tras una denuncia por fraude fiscal presentada por la Secretaría de Hacienda, en un enjuague en el que estuvo involucrada Nacional Financiera. Pero ¡sorpresa!: a Los Pinos arribó El Borolas y el problema se arregló. El gánster regresó al país, la justicia volteó la mirada hacia otra parte y ¡listo!: chanchullo superado.

El presidente López Obrador recalcó que está fundado el delito cometido por Ancira en contubernio con Emilio Lozoya y el consejo de administración de Pemex (con Luis Videgaray en primera línea). “Hubo un sobreprecio de alrededor de 200 millones de dólares, o sea, se pagó de más; pero con todas las reservas, porque tampoco hay que creer todo lo que se dice, por eso la autoridad competente tiene que resolver. ¿Qué dice la denuncia del señor Lozoya? Que el avalúo lo hicieron a modo, esa institución, el Indaabin (su entonces presidenta, hoy diputada priísta, Soraya Pérez Munguía, se lava las manos; de hecho, todos los involucrados intentan hacer lo mismo); un funcionario dijo ‘cuesta tanto’ y después legalizaron el acuerdo, a modo, o sea, ponerle el precio; luego, la auditoría que se llevó a cabo hizo otro avalúo y ahí es donde se da a conocer que hay un sobreprecio, la Auditoría Superior de la Federación hizo toda la investigación”.

Pero como bien dice el mandatario: Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao.

Las rebanadas del pastel

¿Qué necesita urgentemente nuestro país? Un México Libre de escorias, como los promotores de esa organización.

cfvmexico_sa@hotmail.com