Gildardo N, uno de los líderes de Guerreros Unidos, señalado en las investigaciones como jefe de plaza de esa organización e involucrado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se convirtió en testigo colaborador de la Fiscalía General de la República (FGR).

Funcionarios federales revelaron que tras haber sido liberado por resoluciones judiciales en 2019, ahora colabora como informante, mientras entre 2014 y 2018 también se le mencionó en las carpetas de investigación como uno de los enlaces que tenía el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa con la organización delictiva encabezada por Mario Casarrubias.

Los funcionarios entrevistados señalaron que las nuevas investigaciones han detectado que aunque la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) entregó dos informes sobre lo sucedido en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 en las que se registraron las órdenes dadas por líderes de Guerreros Unidos en torno a los normalistas, aún falta que se proporcionen 18 horas de mensajes intercambiados entre los dirigentes establecidos en México y sus contactos en Estados Unidos.

En septiembre de 2019, Gildardo N fue liberado tras ser absuelto de la acusación de secuestro en contra de los 43 normalistas de Ayotzinapa por resolución del juzgado primero de distrito con sede en Tamaulipas. Sobre ese respecto, el 5 de septiembre del año pasado, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, señaló que lo sucedido sentaba un precedente muy grave y que abría la posibilidad de liberación de otros 50 detenidos.

En las investigaciones iniciales del caso Ayotzinapa se menciona que Gildardo N era el jefe de plaza de Guerreros Unidos en Iguala, y que fue identificado como uno de los autores intelectuales de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos al haber ordenado su traslado al basurero de Cocula, su asesinato y posterior incineración.

Asimismo, la FGR posee informes de la DEA elaborados con transcripciones de mensajes enviados de manera telefónica desde la tarde del 26 de septiembre de 2014, cuando ocurrió la agresión y posterior desaparición de los estudiantes, en los cuales distintos jefes de Guerreros Unidos, entre ellos Adán y Sidronio Casarrubias Salgado, se refieren a los acontecimientos en Iguala, y refieren que Gildardo N fue quien les informó que un grupo de Los Rojos (integrantes de una banda rival) había arribado a Iguala infiltrado entre los normalistas y por ello se ordenó que se les privara de la libertad y poste-rior ejecución.

Las fuentes consultadas, tanto en el gobierno federal como de la Fiscalía General de la República y las organizaciones acompañantes de la actual Fiscalía Especial para el caso Iguala confirmaron que desde hace varias semanas, Gildardo N es considerado un testigo colaborador, aunque se desconoce qué información ha compartido con el Ministerio Público federal.

Asimismo, explicaron que la oficina del fiscal Omar Gómez Trejo ha detectado que existen más informes de la DEA en torno a lo sucedido la Noche de Iguala, que abarcarían aproximadamente 18 horas cruciales, y que se podrían solicitar a la agencia estadunidense para las próximas consignaciones.

De igual manera se ha detectado como nueva línea de investigación la posibilidad de que autoridades administrativas de Cocula conocieran que en el basurero del ayuntamiento Guerreros Unidos incineraba a sus víctimas y que, posterior al 27 de septiembre, se haya ordenado que trabajadores municipales realizaran una limpieza del área donde supuestamente habrían quemado a los estudiantes, ya que en declaraciones de empleados del servicio de limpia que existen en el expediente, y que no se desarrollaron como línea de investigación, se informó al presidente municipal que hombres armados a bordo de motocicletas les impidieron llegar al tiradero y les indicaron que se fueran a otro depósito cercano a dejar su carga.