Viernes 28 de agosto de 2020, p. 26
Moscú. No somos indiferentes a lo que sucede en Bielorrusia, el país más cercano en todos los sentidos a nosotros
, afirmó ayer el presidente Vladimir Putin, pero dio a entender que no enviará tropas para apoyar al gobierno de Aleksandr Luka-shenko, a menos que se reporten disturbios instigados desde el exterior, en alusión a Estados Unidos y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Putin quiso que se leyera entre líneas que no está dispuesto a salvar a cualquier precio a Lukashenko, pero tampoco permitirá que Bielorrusia rompa con Rusia y deje de ser la suerte de amortiguador con la OTAN que ha sido hasta ahora.
El mandatario dio una entrevista a un canal de la televisión pública rusa, en la cual reveló que Luka-shenko –acorralado por multitudinarias manifestaciones de protesta y huelgas en muchas empresas de Bielorrusia con la misma demanda de celebrar nuevos comicios presidenciales, cesar la represión y liberar a todos los presos políticos– le pidió ayuda.
Aleksandr Grigorievich (Luka-shenko) me pidió formar una reserva determinada de efectivos de las fuerzas del orden. Y lo hice. Al mismo tiempo, acordamos que no se va a utilizar (ese contingente), a menos que la situación se salga de control y los elementos extremistas, encubriéndose con lemas políticos, crucen cierta línea y comiencen a causar desmanes, a quemar automóviles, edificios, bancos, a tomar por asalto sedes gubernamentales y cosas por el estilo
, precisó Putin.
En este momento no es necesario otorgar esa ayuda todavía, y esperamos que no haga falta
, agregó.
Putin –quien según se comenta no le perdona a Lukashenko sus coqueteos con la Unión Europea y su negativa a formalizar la absorción de facto de Bielorrusia dentro de una confederación con Rusia– propone que los propios bielorrusos resuelvan sus controversias.
Lo único que no admite el titular del Kremlin es que Estados Unidos y la OTAN se entrometan en Bielorrusia para inclinar la balanza en un sentido que, desde su punto de vista, pueda significar una amenaza a la seguridad de Rusia.
Esa es la línea que nadie debe cruzar si no quiere ver tropas y tanques rusos apostados en posiciones claves en las calles de Minsk.