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Urgen expertos a emitir declaratoria en paraje de mamuts en Santa Lucía

En carta al Congreso, demandan respetar el contexto del yacimiento en los terrenos del aeropuerto // El salvamento debe estar en manos de especialistas, sin la presión de militares

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▲ Yacimientos de mamuts en Santa Lucía, estado de México, donde el INAH realiza estudios multidisciplinarios.Foto arqueólogo Alberto Frutos, INAH
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de agosto de 2020, p. 3

Es urgente que el gobierno federal emita una Declaratoria de Patrimonio Cultural que garantice la protección no sólo de los restos de poco más de 60 mamuts –entre otras osamentas de fauna del pleistoceno y vestigios prehispánicos–, sino del contexto paleontológico del yacimiento hallado en mayo en terrenos donde se construye el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, en el estado de México.

El salvamento debe estar en manos de expertos, sin la presión de militares ni de quienes no desean que baje el ritmo del avance de las obras o de aquellos que nunca están en sintonía con los intereses de la ciencia.

Así lo plantea Francisco Javier López Morales, ex director de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al detallar el contenido de la carta abierta titulada Por el rescate del patrimonio paleontológico y prehispánico hallado en Santa Lucía, que firma junto con Carlos Lara, especialista en derecho de la cultura de la Universidad Carlos III de Madrid; Francesco Bandarin, director del Centro de Patrimonio Cultural de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y Matteo Fabbri, paleontólogo de la Universidad de Yale, entre otros académicos mexicanos y extranjeros.

En la misiva se explica que el yacimiento tiene un valor universal excepcional, por lo que también se debería preparar, de manera inmediata, un expediente amplio para inscribir la zona en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, pues se trata de “un eslabón tangible del aporte mexicano a la cultura de la humanidad.

Minimizar e ignorar estos indicadores del delicado mecanismo de la evolución planetaria sería considerado, con toda justicia, una afrenta a la cabal comprensión de la naturaleza como un todo. Nuestra preocupación radica, fundamentalmente, en que si las obras realizadas en el aeropuerto no se llevan a cabo bajo el principio de la factibilidad cultural establecido por la ley de planeación de 2011, se podría privar al mundo de lo anteriormente señalado, afectando tanto el derecho humano de acceso a la cultura como el ejercicio de los derechos culturales y compromisos internacionales que el Estado mexicano ha firmado.

En entrevista con La Jornada, López Morales, doctor en arquitectura, insiste en que los huesos importan, pero tiene igual relevancia el contexto, el cual podría estar en riesgo ante la construcción del aeropuerto, pues como informó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de arqueología del INAH, se tiene la intención de recuperar los vestigios para exhibirlos en una galería (La Jornada, 27/5/20).

Si bien varios colegas han comentado al arquitecto que todo está bajo control, señala que es una afirmación que no satisface porque todos sabemos que quienes trabajan en el salvamento paleontológico en Santa Lucía están sometidos a varias presiones: una por parte del gobierno federal, que no quiere ninguna interferencia que frene el ritmo de lo que ellos tienen planeado y, por otra parte, está la vigilancia del Ejército, lo cual quiere decir que no se informa ni difunde nada que pudiera impedir la construcción del aeropuerto.

En mayo, Sánchez Nava también señaló a la prensa que el INAH tiene abiertos 23 frentes de exploración en los terrenos de la magna obra, con el respaldo logístico y financiero de la Secretaría de la Defensa Nacional.

López Morales, quien durante dos décadas defendió ante la Unesco a capa y espada la inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de varios tesoros mexicanos, añade que es importante que se entienda que los testimonios óseos de Santa Lucía no sólo son dignos de algún posible recinto museográfico, sino que la totalidad del yacimiento, su conservación y salvaguarda es importante para conocer que esa megafauna no sólo era parte del sistema de lagos de la cuenca de México, sino que además permitirá entender la evolución del planeta y las variaciones climáticas que ha afrontado la humanidad.

Por eso, puntualiza, solicitamos que los encargados de realizar el salvamento del patrimonio cultural sean personas especializadas en arqueología y paleontología, que no se metan los militares a hacer las excavaciones, pues también hemos tenido ya noticias de eso.

En pocas palabras, reitera, si se destruye el contexto del yacimiento, “ya no se podría conformar un expediente para el registro del sitio como Patrimonio Mundial cultural, en el que hay muy pocos sitios inscritos del periodo prehistórico. Se trata de una selecta y prestigiosa lista en la que todos los países del planeta se pelean por ingresar.

La opinión pública necesita saber cuáles son los alcances del salvamento que se está llevando a cabo, pues hasta el momento estamos frente a una caja negra.

La carta, que fue entregada también al Congreso de la Unión, concluye: Hoy México se encuentra ante la imperiosa necesidad de ser congruente con sus compromisos internacionales y debe atender los objetivos del desarrollo de la Agenda 2030. En estos objetivos, la correcta protección y difusión del patrimonio cultural y natural es uno de los ejes centrales del desarrollo sostenido, por lo que los firmantes de esta carta solicitamos al gobierno federal que se comprometa a cumplir los puntos anteriormente señalados, orientados al rescate, conservación y difusión de este importante patrimonio cultural.