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Todo gira en torno al magnate, no al partido

Trump, ratificado como candidato al dar inicio la convención republicana

El presidente asegura ser la única opción en defensa de la libertad contra el socialismo // Política antimigrante se mantiene como eje de campaña

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▲ Aunque al ingresar al Centro de Convenciones de Charlotte hubo control de temperatura y uso obligatorio de cubrebocas, a la salida los delegados del Partido Republicano se olvidaron de los protocolos para prevenir contagios de Covid-19.Foto Ap
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▲ Donald Trump y Mike Pence, presidente y vicepresidente de Estados Unidos, después de su intervención en el primer día de la Convención Nacional Republicana, ayer en Carolina del Norte.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 25 de agosto de 2020, p. 23

Nueva York., Donald Trump es lo único que está entre la libertad y el socialismo en Estados Unidos y quien está frenando la invasión migrante y recuperando la grandeza de este país, son los mensajes centrales de la Convención Nacional Republicana, que arrancó ayer.

El espectáculo político podría haberse llamado la Convención Nacional Trump, o aún mejor, la Convención del Aprendiz, ya que parece más bien un reality show (de hecho, entre los encargados de este espectáculo político están algunos de sus productores de El Aprendiz), ya que todo está exclusivamente dedicado no al partido, sino al mandatario.

Trump y su familia ocupan casi la mitad del programa de oradores durante la hora pico en cada una de las cuatro noches –el presidente apareció anoche, como lo hará a lo largo de la semana (a fin de cuentas, es su show).

El magnate sorprendió al ofrecer un primer discurso en la convención poco después de ser ratificado como candidato republicano y no ofreció un proyecto de gobierno, sino que cuestionó la legitimidad del proceso electoral, al acusar que los demócratas están usando el Covid-19 para robarse la elección. También advirtió que si gana la agenda de la izquierda radical de los demócratas, “tu sueño americano estará muerto”.

El tema oficial de la convención es: Honrar la gran historia estadunidense, y a lo largo de la semana se enfatizará lo tan grandioso que se ha vuelto el país después de cuatro años de su gobierno, afirman.

El guion oficial de la convención presenta a Trump como el único que puede defender la libertad contra el socialismo en este país. Se calificará a Joe Biden como un recipiente vacío relleno por la izquierda radical promovida por figuras como el senador Bernie Sanders, la diputada Alexandria Ocasio-Cortez y la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris, según manejadores de la campaña.

La política antimigrante sigue como otro eje del mensaje de la convención y la campaña de Trump, con imágenes y voces que repiten que los demócratas favorecen fronteras abiertas donde “extranjeros ilegales” llegan a competir por empleos y por seguros de salud con los estadunidenses.

Esta convención, como la demócrata que tuvo lugar la semana pasada, es en gran medida un acto virtual como consecuencia de la pandemia, aunque Trump y Pence se presentaron ayer en la sede de la arena en Charlotte, Carolina del Norte, donde estaba programado este acto originalmente.

Ahí se repitieron declaraciones extraordinarias, por su falsedad, elogiando la respuesta del gobierno de Trump a la pandemia.

En esta primera noche de la convención, con el tema Tierra de promesa, el desfile de oradores incluyó en exclusiva a los fieles aliados del presidente –familiares, asesores, legisladores y ciudadanos–, que le rindieron tributo elogiando su liderazgo. Eso se repetirá a lo largo de la semana, sin ningún espacio para otras corrientes críticas de Trump dentro del Partido Republicano.

Los ausentes

De hecho, entre lo más notable de la convención desde la primera noche fueron los ausentes: el único ex presidente republicano vivo, George W. Bush, no se presentará, ni figuras prominentes como el ex secretario de Estado Colin Powell (quien ha respaldado al demócrata). Tampoco acudirán el pasado candidato presidencial republicano de 2012 y ahora senador Mitt Romney, ni el ex presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan.

No están en el programa varios legisladores federales prominentes, ni varios ex gobernadores republicanos. Además, hay cada vez más republicanos disidentes, como los más de 70 ex altos funcionarios republicanos de seguridad nacional que denunciaron el liderazgo de Trump y apoyaron a su contrincante demócrata Joe Biden la semana pasada, y ayer más de una veintena de ex legisladores del partido lanzaron una campaña de republicanos por Biden.

Tampoco están invitados algunas de las ex figuras prominentes del gobierno de Trump, entre ellas su ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton, su ex jefe de gabinete John Kelly, su primer procurador general Jeff Sessions, o su ex abogado personal Michael Cohen, y varios colaboradores que huyeron o fueron expulsados de la Casa Blanca.

Otros seis colaboradores de Trump no pueden llegar porque están encarcelados, en procesos judiciales o bajo investigación, el más reciente, su estratega electoral Steve Bannon, quien fue arrestado la semana pasada por desfalco de fondos destinados para el famoso muro fronterizo.

También hay otros que han caído de la gracia, como el aliado evangélico más prominente del presidente, el reverendo Jerry Falwell Jr, clave en la convención hace cuatro años, quien tuvo que pedir licencia como rector de la Universidad Liberty, ultraconservadora cristiana, después de provocar un escándalo con una foto de él con una joven y sus pantalones semiabiertos.

Y aunque gran parte de la familia Trump tomará la palabra, estarán ausentes la sobrina del presidente Mary, quien acaba de publicar un libro con revelaciones negativas sobre su tío, y la hermana del mandatario, la ex juez Maryanne Trump Barry, cuyos comentarios privados sobre su hermano fueron filtrados y publicados por el Washington Post hace un par de días, en los cuales afirma que él no tiene principios... ninguno y lo calificó de cruel.

Los presentes

Entre los que sí llegaron para elogiar a su líder estaba la pareja que se hizo viral cuando ambos salieron de su casa en Misuri, armados, mientras pasaba una manifestación pacífica de Black Lives Matter, y donde según la campaña ejercieron su derecho constitucional a la tenencia de armas para defenderse de una muchedumbre de izquierda que los amenazó, encabezados por marxistas.

Estaba el diputado ultraconservador Matt Goetz, quien advirtió que los demócratas te desarmarán, vaciarán las prisiones, te encerrarán en tu casa e invitarán al MS-13 a vivir junto a ti. La presidenta del partido nacional Ronna McDaniel declaró que los demócratas han optado irse por el camino del socialismo. Kimberley Guilfoyle, una latina orgullosa, advirtió contra el socialista Biden, quien desea traer el modelo cubano y venezolano a Estados Unidos, así como permitir el ingreso de violadores y criminales por la frontera sur, y llamó a apoyar al emancipador Trump.

Otros oradores fueron el único senador republicano afroestadunidense, una maestra antisindical y un migrante cubano que advirtió de los peligros de la izquierda: “he visto ideas como éstas antes… y estoy aquí para decirles que no podemos permitir que tomen el control de nuestro país”, y concluyó que Trump está combatiendo las fuerzas del anarquismo y comunismo en Estados Unidos.

El programa culminó con Nikki Haley, ex embajadora ante la ONU, y Donald Trump Jr, quien directamente acusó al Partido Comunista Chino por el nuevo coronavirus, mientras el hijo y nieto de multimillonarios acusó a los demócratas de ser una izquierda radical que busca aplastar a los trabajadores.

Va a ser una semana larga.