Martes 25 de agosto de 2020, p. 22
En México, el gasto en salud es poco menos de la mitad de lo que se requiere para garantizar acceso a toda la población. Pese a ello, la pandemia de Covid-19 no implicó un aumento de recursos para el ramo e incluso se dio un ligero subejercicio, explicaron especialistas en presupuesto y finanzas públicas.
Las necesidades de gasto en salud ascienden a 6 por ciento del producto interno bruto (PIB). Sólo para compensar los recursos destinados este año –que equivalen a 2.5 por ciento del PIB– serían necesarios 240 mil millones de pesos más, subrayó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la Acción Global Contra la Pobreza.
De cara a la discusión del Presupuesto 2021, Judith Méndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), expuso que al menos se necesita un punto porcentual extra del PIB para equiparar los servicios del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) con los que tienen otros institutos médicos públicos, como el IMSS. Y es que, si bien 20 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud, también se marca la desigualdad entre quienes cuentan con el derecho. Mariana Campos, investigadora de México Evalúa, recalcó que esto se debe al multisistema de salud y que implica costos administrativos distintos para el presupuesto.
Más fondos a Campeche y CDMX, por la emergencia
Estas disparidades también sobresalen en lo territorial. Rodolfo de la Torre, investigador del Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY), recalcó que con la emergencia sanitaria no sólo prevalecieron los problemas ya estructurales en el sistema de salud, sino la concentración de recursos por entidad.
Por ejemplo, la Ciudad de México y Campeche absorbieron la mayor parte del gasto público en la emergencia. Atender a un paciente con Covid-19 en dichas entidades implica alrededor de 300 mil y 219 mil pesos, respectivamente, mientras en las zonas rurales del país el gasto se queda incluso en 20 mil pesos.
En general, los investigadores coincidieron en que se necesita una reforma fiscal para aumentar el gasto en salud al menos un punto porcentual del PIB el próximo año, porque el aumento en la necesidad de gasto será progresivo. En 10 años será necesario destinar hasta 10 por ciento, advirtió Judith Méndez.