Después de retratar en un documental la búsqueda que tres mujeres hacen de sus hijos, Alicia Calderón comenzó a trabajar en su siguiente proyecto. La película es Dibujos contra las balas, que decidió hacer luego de estar en contacto con niños que habían perdido a sus padres.

El documental surgió de la necesidad de la cineasta de encontrar una salida a la violencia que afecta a México desde hace varios años.

Ya sabemos que la situación que vive el país en relación con la violencia es sistémica, estructural. Pero, ¿qué hacemos?, además de seguir pidiendo la profesionalización del sistema de justicia, que acabe la corrupción, que los funcionarios cumplan con su trabajo. Además de exigir, que es fundamental, como ciudadanos, ¿qué podemos aportar y qué nos corresponde?, apuntó Calderón en entrevista.

Las historia es de un grupo de mujeres que organiza refugios para niños de algunos de los barrios más violentos del país. Mientras se grababa Dibujos contra las balas, Calderón aprendía a ser madre de un hijo que ya empezaba a hacer preguntas. Cómo le voy a explicar esas cosas sin que él tenga miedo de vivir aquí, o que no repudie haber nacido aquí, pensaba la directora.

La película busca hacer de las iniciativas del colectivo Organización Popular Independiente (OPI), de Ciudad Juárez, una fuente de inspiración para otras comunidades. A mí me gustaba mucho el esfuerzo de la OPI porque proviene de las bases, de la vecindad, de ser solidario con la gente que tienes al lado; proviene de las mujeres, explicó.

Debido a la naturaleza del tema, el papel de la directora y su equipo fue de testigo, una cámara silenciosa. No querían llegar y preguntar a los menores quién había sufrido o perdido a un familiar. Trabajar con el dolor de los niños es complicado; todo el tiempo te estás preguntando si estás haciendo lo correcto o si les estás haciendo más daño, describió la directora.

Para respetar los procesos emocionales de los niños, contrataron a una sicóloga que los asesoró y permaneció con ellos durante el rodaje. Lo que más me costó fue darme cuenta de que no había sólo uno, dos o tres niños víctimas, sino que todos tenían cosas trágicas que contar, y estaban pasando por situaciones muy difíciles, narró la cineasta.

Fortaleza para el cambio

Considera que el contexto retratado en su película no es exclusivo de Ciudad Juárez, sino algo que afecta a todo el país. Aunque hablar de temas delicados como son la desaparición de personas es difícil, Calderón encuentra en las historias de los demás la fortaleza para seguir tratando de hacer un cambio.

Dibujos contra las balas fue reconocida en el Festival Internacional de Cine de Monterrey con la mención especial del jurado. En convocatoria abierta, la cinta recibe dibujos de niños interesados en mandar sus obras sobre la violencia e inseguridad. Las publicaciones y las bases se encuentran en su página dibujoscontralasbalas.com/