En el pasado quedaron las compras de última hora y los tumultos en las papelerías de Mesones, en el Centro Histórico, que ayer tuvo poca gente.

A menos de 24 horas de arrancar el ciclo escolar 2020-2021, que por primera vez empezarán a distancia 26 millones de estudiantes de educación inicial, prescolar, primaria y secundaria, en esta ocasión los padres no padecieron empujones ni tuvieron que pelear por arrebatar los últimos útiles.

Sí hubo estrés y prisas, pero por alcanzar abiertas las papelerías, que cerraron a las 17 horas y que este domingo permanecerán cerradas por la emergencia sanitaria.

Cecilia, quien vive en Aragón, recordó que el año pasado no podíamos caminar, todo esto estaba lleno (Mesones casi con Pino Suárez); ahora sí hay menos gente, pero ahora está todo más caro en por lo menos seis pesos.

Ella gastó 3 mil en los útiles de su hijo de prescolar y otros dos de primaria, compró cuadernos, plumas, plumines y pegamento.

La afluencia y el alza en precios fue algo común; Elizabeth, quien acude cada año a surtir la papelería que tiene en Naucalpan antes del comienzo del ciclo escolar, dijo: Ahora nada que ver, siempre está llenísimo, no se podía caminar.

No obstante, detectó aumentos considerables, pues el pliego de papel lustre, que antes costaba 25 pesos ahora vale 32, el cuaderno Scribe profesional pasó de 11 a 13.50, y un pegamento de 115 a 135; además, lamentó el horario de cierre, pues en años anteriores era hasta las ocho de la noche.

Victoria Pérez, trabajadora doméstica, comentó molesta que debió pedir permiso para salir antes de su empleo y apenas alcanzó a hacer sus compras con 2 mil pesos, sin que esta vez pudiera comparar precios: Todo está más caro como en un 20 por ciento.

Los comerciantes establecidos y en la vía pública dijeron que las ventas se desplomaron en más de 80 por ciento porque ahora todo será a distancia, los papás no quieren gastar, al recordar que se trataba de uno de sus mejores días de venta.

Los ambulantes comentaron que este domingo van a torear a los policías para vender en el Centro.

Aunque hubo poca afluencia en las papelerías, la mayor parte de las personas no respetó la sana distancia de 1.5 metros y algunos no llevaban cubrebocas o se lo quitaban al entrar.