Opinión
Ver día anteriorMartes 18 de agosto de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Negocios y empresas

Quiebra de escuelas

P

ocas veces en la historia de México han habido tantas quiebras y despidos de trabajadores como en la actualidad y esta situación afecta a la educación privada. 

Alrededor de 13 por ciento de los estudiantes de preprimaria, primaria y secundaria se inscribieron en 2019 en escuelas privadas. De ese total la tercera parte ya no puede pagar las colegiaturas y este año pasará al sistema público de enseñanza. 

Además de las mermadas finanzas de las familias, afecta que la enseñanza se realice a través de la televisión y de plataformas de Internet. Muchos padres se preguntan si tiene sentido pagar las colegiaturas de sus hijos si ni siquiera pueden asistir a las instalaciones educativas.  

Muchas escuelas ya comenzaron a cerrar sus puertas, pues no cuentan con recursos para mantener su planta laboral y sus instalaciones. Además, las que queden se deben reinventar y ofrecer un valor agregado a los alumnos frente a la educación pública. Para ello, necesitan hacer una inversión adicional en capacitación de sus maestros y en tecnología, con el fin de interactuar de manera adecuada con los alumnos. Parece un proceso fácil, pero los que han participado en la producción de contenidos en cine, televisión o radio saben que el tipo de mensajes que se transmiten por estos medios son distintos a los que se emiten de persona a persona, en forma directa. 

Cuando pase la pandemia, la educación privada no se recuperará en automático. Crear un sistema de enseñanza de prestigio lleva décadas y el país padecerá las consecuencias, pues el sistema público no está listo para atender a un número adicional de pupilos. 

Hay que señalar que, a lo largo de este siglo, el costo de la enseñanza en México creció en forma desmesurada y es común encontrar a egresados que ganan menos de las colegiaturas que sus padres pagaron en su momento, lo cual resulta frustrante. Esta situación también cambiará por la menor demanda y las colegiaturas tendrán que ajustarse. 

Por ahora, entre las pocas empresas que ganaron con la crisis se encuentran las televisoras, que recibieron 450 millones de pesos por transmitir las clases. Pero lo malo de esta nueva realidad es que de poco servirán los mensajes que reciban los alumnos por este medio.