Montevideo. La zona de América Latina y el Caribe superó ayer 6 millones de casos de Covid-19, en medio de una pandemia que deja también 237 mil 829 fallecidos en esta región, según un balance de la agencia de noticias Afp basado en datos oficiales.

En los últimos siete días, casi la mitad de las muertes registradas en el mundo por el nuevo coronavirus han ocurrido en dicha área. Entre el 8 y el 14 de agosto también registró la mayor cantidad de casos y sumaba hasta ayer 6 millones 24 mil 138 contagios.

Brasil, con 3.3 millones de casos y 107 mil 232 muertos, es el país más afectado de la región. Pese a ello, los principales puntos turísticos de Río de Janeiro, entre ellos el icónico Cristo Redentor, reabrieron sus puertas al público, tras cinco meses de cierre.

Casi la mitad de los brasileños piensa que el presidente Jair Bolsonaro no tiene ninguna responsabilidad por los decesos a causa de la pandemia, según una nueva encuesta del Instituto Datafolha.

El 47 por ciento de los encuestados por Datafolha respondió que Bolsonaro no tiene ninguna culpa por el alto número de fallecimientos, frente a 41 por ciento que lo considera uno de los culpables (pero no el principal), y 11 por ciento que lo ve como el principal responsable de ese saldo.

Jair Renan Bolsonaro, de 22 años y cuarto hijo del mandatario, dio positivo a Covid-19 y está tratándose con hidroxicloroquina, confirmaron fuentes familiares.

A ese trágico saldo le sigue el de Perú (516 mil 296 casos y 25 mil 856 fallecidos) y el de México (517 mil 714 infectados y 56 mil 543 muertos). El país andino es proporcionalmente el de mayor cantidad de decesos en relación con la población de 32.9 millones, con 784 por cada millón de habitantes. En Brasil hay 501 fallecimientos por millón, sobre una población de 212 millones.

Ecuador superó ayer 100 mil casos desde que registró el primer positivo en su territorio el 29 de febrero, según el informe oficial difundido este sábado. El país resolvió eliminar el aislamiento preventivo para los viajeros internacionales que llegan a sus aeropuertos con una prueba PCR negativa.

Por otro lado, la tarea crucial de llegar a la gente que da positivo al coronavirus y aquellos con los que han entrado en contacto resulta excepcionalmente difícil en las comunidades de migrantes de Estados Unidos debido a la barrera del idioma, la confusión y el miedo al gobierno.

Muy pocos de los rastreadores de contactos que colaboran para contener el coronavirus en 125 comunidades cerca de Chicago hablan español. En la zona de Houston, iglesias y grupos defensores de indocumentados tratan de convencerlos que respondan a los llamados de las autoridades sanitarias, mientras en California capacitan a migrantes para que rastreen los casos y se mitigue la desconfianza.

Estados Unidos registró hasta ayer 169 mil 423 muertes y 5 millones 359 mil 166 de infectados, según el conteo de la Universidad de Johns Hopkins.