Número 155 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
+COVID-19

Donaciones perversas: regalar chatarra y ultra procesados en un país de personas obesas

Paulina Magaña Carbajal El Poder del Consumidor, A.C

México, como la mayoría de los países, atraviesa por grandes retos derivados de la pandemia del covid-19: sociales, económicos y de salud. Sin embargo, los mexicanos no solo enfrentamos las consecuencias de la pandemia, sino que las enfrentamos con algunas otras condiciones ya existentes, como es el sobrepeso, la obesidad y la diabetes que padece buena parte de la población, debido en gran parte a la sobre oferta y consumo de alimentos ultra procesados. Estas condiciones hoy son las comorbilidades asociadas que más complican el contagio por coronavirus.

Por eso resulta tan lamentable que una parte de los esfuerzos encaminados a atender la emergencia, relacionados con proveer alimentos a poblaciones vulnerables mediante donaciones, sean aprovechados por la industria de alimentos y bebidas para promover sus productos. Estas donaciones no han sido bien reguladas y se han convertido en una oportunidad para distribuir y promocionar productos de mala calidad nutricional, ya que algunos de los productos que se incluyen son ultra procesados con exceso de azúcares, grasas, sal y calorías.

Un ejemplo de ello son las donaciones que se realizaron en el norte y sur del país, las cuales incluían productos como frituras, bebidas azucaradas, cereales de caja endulzados, sopas instantáneas, entre otros. Sin dejar de mencionar las donaciones de sucedáneos de leche materna realizadas a poblaciones vulnerables del estado de Veracruz, las cuales violan por completo el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y desincentivan la lactancia materna exclusiva, recomendada por la Organización Mundial de la Salud para el inicio de una vida sana.

Esta situación es grave, más aún en un país como México que presenta una de las mayores prevalencias de sobrepeso y obesidad. Estas donaciones, lejos de beneficiar a las poblaciones más vulnerables del país, contribuyen a generar un mayor riesgo en la salud de quienes ya por un lado presentan una situación de inseguridad alimentaria y un estado de nutrición deteriorado, y por el otro carecen del acceso a la atención de los servicios médicos.

Un panorama desalentador

En general, es posible decir que el panorama alimentario en México no es alentador para muchas familias. Más de la mitad de la población (55%), vive en situación de inseguridad alimentaria, es decir, presenta una falta en el acceso físico y económico a alimentos suficientes y nutritivos, que satisfagan sus necesidades para garantizar una vida sana. Esta condición puede agravarse en esta situación de emergencia, debido a la pérdida de empleos y la afectación en la producción, distribución y abasto de alimentos. Las familias en condiciones de pobreza sufren las mayores consecuencias de esta situación de inseguridad alimentaria, pues tienen más limitado el acceso a alimentos básicos para cubrir sus necesidades nutricionales.

Una pandemia o situación de emergencia no debe transformarse en una oportunidad para hacer promoción de productos chatarra. Es momento para garantizar el derecho a una alimentación adecuada para todos y todas, en particular para aquellos en situaciones de mayor vulnerabilidad.

Por lo que es prioritario regular estas donaciones con la finalidad de que realmente beneficien a la población. Para esto es necesario seguir algunas recomendaciones realizadas por organismos internacionales que incluyen:

  • Considerar donaciones que contengan alimentos naturales o mínimamente procesados (ej. frutas y verduras frescas, huevo, lentejas, frijol, granos enteros como arroz, avena, amaranto, leche baja en grasa, entre otros).
  • Evite recibir cualquier producto con exceso de grasas saturadas, azúcar y/o sal añadida por los daños asociados a la salud (ej. botanas dulces y saladas, confitería, cereales de caja, yogurt endulzado, fideos instantáneos, galletas, bebidas azucaradas, bebidas con edulcorantes no calóricos dado los daños potenciales para niños y niñas, entre otros).
  • No aceptar donaciones de sustitutos de leche materna, ni regalos que impliquen la promoción de estos productos.

Además, evitar:

  • La promoción o publicidad de marcas o productos a través del acto de donación.
  • Donaciones de alta visibilidad, actividades de prensa o anuncios que publicitan o celebran una donación.
  • Que el donativo sea percibido como una aprobación o endoso de una marca o producto por la comunidad o el gobierno local.